Por Tilman  Scheffczyk. Rechtsanwalt  de Monereo Meyer Marinel-lo Abogados

Desde hace más de tres años se habla del litigio entre el Santander y las Sparkassen (Cajas de Ahorro) Alemanas sobre el uso del color rojo en sus respectivos logos en Alemania. Las Sparkassen disponen de una marca registrada para el territorio alemán en relación con el color rojo de su señalética  que les da la exclusividad en el uso de este color  en el ámbito de las entidades financieras. Así las cosas, las Sparkassen consideran que el uso de un rojo semejante por parte del Santander constituye una violación de los  derechos exclusivos de su marca por lo que demandaron al Santander, reclamando que se abstuviera  de utilizar el color rojo en Alemania. En febrero de 2011 el Juzgado de Hamburgo estimó la demanda de la Federación de Sparkassen (DSGV) en primera instancia. Actualmente el proceso se encuentra en segunda instancia y se ignora cuál será la decisión en la alzada. Sin embargo, la DSGV ha iniciado la ejecución forzosa de la sentencia de primera instancia contra el Santander, exigiendo al banco español  que   abandone el uso del color rojo en Alemania en el plazo de unas semanas. En caso de que no lo hiciera, la multa impuesta al Santander sería elevada.

Este trámite de la DSGV ha causado sorpresa en la mayoría de los observadores. La ejecución de la sentencia de primera instancia que aún no es firme supone riesgos considerables para las Sparkassen, ya que podrían verse obligadas a indemnizar al Santander en concepto de daños y perjuicios por haber tenido que dejar de usar el color rojo no solo en los rótulos de sus sucursales en  Alemania, sino también en sus folletos y otros soportes publicitarios en dicho país. A todo lo anterior, habría que tener en cuenta la multa coercitiva  que el Santander tendría que pagar en el supuesto de incumplimiento de la sentencia al tesoro público alemán. En caso de una sentencia favorable para el banco español en segunda instancia, la DSGV también tendría que  indemnizar al Santander por  los daños y perjuicios originados a raíz de la ejecución de la sentencia.

Además, el riesgo para la DSGV se ve incrementado por otro motivo: el Santander se opuso a la marca de las Sparkassen registrada en la Oficina Alemana de Patentes y Marcas en Múnich, solicitando su cancelación – una estrategia habitual en disputas de marcas, – en vía administrativa y cuya resolución todavía queda pendiente -. Si el Santander consigue la cancelación de la marca, la DSGV perderá cualquier derecho de exigir al Santander – ni a terceros en el futuro –  que se abstenga de usar el color rojo en el tráfico comercial.

Considerando estos riesgos, desde fuera no se entiende muy bien el por qué de la escalada en exigencias por parte de la DSGV, ni tampoco la ventaja que puede representar ejecutar ahora una sentencia que no es firme, teniendo en cuenta las posibles indemnizaciones posteriores por daños y perjuicios. No obstante, el Santander indica que está interesado en una solución amistosa, animado quizás por el incremento de la presión por parte de la DSGV. Si las partes llegan a un acuerdo satisfactorio para las Sparkassen, puede ser que la táctica empleada por la DSGV haya sido la adecuada. Veremos cuál de los dos mueve antes ficha.


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