Por Luis Miguel Peña y María Álvarez Caro, director y consultora senior de Comunicación y Litigios de Llorente & Cuenca

Cada vez es más frecuente encontrarse con la siguiente pregunta durante la fase de preparación de un proceso: ¿y qué hacemos con lo que salga en Internet? La razón es clara: el peso de la Red en la reputación personal y corporativa se ha consolidado y las partes involucradas en un litigio cada vez son más conscientes de su impacto social.

¿Ha cambiado entonces la Red el efecto que tiene un litigio sobre la reputación de una persona o empresa? Parece innegable que la apertura de un proceso judicial tiene un impacto evidente en la reputación de quien se ve inmerso en un proceso; los ejemplos más evidentes, pero no los únicos, son aquellos casos en los que se ha tratado de una compañía o una persona relevante, que obtienen una intensa cobertura por parte de los medios de comunicación. La evolución de Internet ha provocado que la información y la opinión ya no se plasmen sólo en medios tradicionales, convirtiendo a la Red en foro natural de información, debate y opinión.

La Red es un nuevo canal por el que fluye la información y plantea un escenario diferente. Hay que tener en cuenta que las reglas de comportamiento en la Red no son las mismas que las pautas o reglas clásicas por las que se rigen los medios tradicionales. Por sus condiciones de inmediatez y durabilidad, Internet influye en el corto y largo plazo, puesto que deja un “rastro” de la información del pasado. Esto ha provocado que las partes inmersas en un litigio ya no sólo estén preocupadas por el desenlace judicial del caso, sino también –y cada vez más-  por el recuerdo que quede sobre el caso y su impacto sobre la reputación personal o corporativa.

Partimos de la base de que, sobre todo en determinado tipo de litigios en los que se dan los condicionantes para atraer la atención de la opinión pública, es imposible evitar los llamados “juicios paralelos”. Internet está transformando este tradicional concepto de “juicio paralelo” y su interpretación exclusivamente asociada a lo que se publica en medios de comunicación tradicionales. La conversación en Internet está convirtiendo el proceso en un “juicio circular”, en el que cada hito procesal es comentado y analizado por muchos ciudadanos interesados en el tema, y los efectos de esa conversación en la Red pueden influir en cómo se recibe e interpreta el siguiente hito del caso. La Red influye así en todas y cada una de las fases del proceso, en mayor o menor medida según el grado de polémica y los protagonistas.

Tanto en los momentos previos, como en el despliegue y en los momentos posteriores a un litigio, la gestión de la reputación es un factor añadido al proceso judicial, que debe ser tenido en consideración porque las personas o empresas implicadas en los procesos son cada vez más conscientes de esta necesidad. No es extraño encontrar ocasiones en las que alguien, pese a haber ganado el proceso judicial, sufre en su imagen las consecuencias de informaciones desfasadas o erróneas que están asociadas directamente a su identidad digital incluso mucho tiempo después de haber concluido el caso. Con la resolución se pone fin a un proceso judicial en los tribunales. Sin embargo, en la Red, empieza en ese momento y continúa durante un tiempo otra cuestión cada vez más valorada: la gestión del recuerdo del proceso en la Red.

Entre las preocupaciones de una persona o empresa implicada en un proceso judicial, más allá de la condena o absolución por los tribunales, figura con importancia creciente la pregunta sobre cómo será percibido el resultado del litigio por la opinión pública en general y por sus públicos cercanos en particular. Si las partes tienen como reto ante un caso la correcta gestión de su reputación, parece claro que todos los asesores involucrados en su causa legal tienen ante sí nuevos retos para responder a lo que su representado espera y lograr, al final del proceso, contar con un cliente completamente satisfecho.

&&&&&&&&&&&&

 

Hablan los expertos. Luis Miguel Peña, Director de Comunicación y Litigios y Adolfo Corujo, Partner & Online Communications Manager de Llorente y Cuenca

«GESTIONAR BIEN LA RED, COMO GENERADORA DE NOTICIAS,  SUPONE TENER UN ALIADO EN EL ANALISIS  DE LA COMUNICACION DE CUALQUIER LITIGIO»

En un contexto global como el que vivimos resulta fundamental saber que un fenómeno como Interner ha cambiado las relaciones entre todos los interlocutores. Ahora, las noticias surgen en el momento y las empresas deben tener una estrategia preparada, sobre todo si esa información o rumor no es de su agrado. «Pese a la creciente importancia de la red, comenta Adolfo Corujo, Partner & Online Communications Manager de Llorente y Cuenca, todavía hay mucho que hacer en este aspecto y empresas y bufetes solo trabajan este área cuando hay un problema.» Por su parte, para Luis Miguel Peña, Director de Comunicación y LItigios, también en Llorente y Cuenca, «El objetivo de gestión de la comunicación durante un litigio no es otro que defender un interés de parte en la conversación pública sobre el caso y evitar la distorsión del caso por los medios de comunicación. Si siempre es importante cuidar la reputación, en situaciones de riesgo como un conflicto judicial, esta importancia se acentúa. «. Desde su perspectiva, además de contar con una estrategia legal, «se debe contar con un plan que, integrado en el legal, vaya dirigido a preservar los intereses de la compañía o persona en términos de reputación.»

¿Están las empresas y los despachos preparados para gestionar la información que surja sobre ellos en Internet? (responde Adolfo Corujo)

Algunas organizaciones han comenzado a ser conscientes de la importancia de gestionar la identidad digital y la presencia en Internet. No obstante, todavía queda mucho por hacer y es frecuente ver todavía que algunas empresas sólo comienzan a gestionar su presencia en la Red cuando surge un problema. Si se hace un trabajo permanente y continuo para cuidar la Reputación online, en el momento en el que haya un contratiempo reputacional derivado de un proceso judicial o de una cuestión de otra naturaleza, hay ya “mucho terreno ganado”.

¿Cuál debería ser el perfil del profesional o profesionales que gestionan las informaciones que surgen en la Red sobre un caso judicial? (responde Adolfo Corujo)

El perfil del profesional no es algo tan importante como realizar un buen plan de gestión y contar con las herramientas adecuadas. De hecho, no existe un único perfil de profesional sino que encajarían varios perfiles. Más que una cuestión de conocimientos técnicos, se valoran mucho cualidades y aptitudes como la habilidad comunicativa y de síntesis, la fluidez en el networking y estar siempre disponible para el cliente. No obstante, si además el profesional cuenta con un perfil técnico determinado, por supuesto, es un plus. De este modo, si se cuenta con conocimientos jurídicos y en nuevas tecnologías, supone un valor añadido. Dada la complejidad de algunas organizaciones y de ciertos temas jurídico-empresariales, si se dispone de formación en management o gestión, esto facilita la comprensión de la operativa del cliente y del caso que se está juzgando.

¿Hasta qué punto es cierto que las informaciones sobre el litigio influyen en el ánimo de jueces y magistrados que tienen que dictar sentencia? ¿Es bueno contactar con ellos si sabemos que tienen cuenta abierta en redes sociales? (responde Luis Miguel Peña)

No creemos que nadie se atreva a poner en duda la imparcialidad de los jueces a la hora de dictar sentencia y el hecho de que quienes imparten Justicia no se dejan influir conscientemente por el entorno. Sin embargo, como cualquier otro ciudadano, los jueces se forman una opinión sobre el entorno, tienen relaciones, comen y cenan con amigos y conocidos, leen el periódico, aunque no dejen que esta faceta de  ciudadano se superponga a la de juez a la hora de interpretar las normas.

El objetivo de gestión de la comunicación durante un litigio no es otro que defender un interés de parte en la conversación pública sobre el caso y evitar la distorsión del caso por los medios de comunicación. Si siempre es importante cuidar la reputación, en situaciones de riesgo como un conflicto judicial, esta importancia se acentúa. Por ello, más allá de contar con una estrategia legal, se debe contar con un plan que, integrado en el legal, vaya dirigido a preservar los intereses de la compañía o persona en términos de reputación.

Qué es más complicado, ¿influir en un medio informativo sobre un caso o hacerlo sobre los ciudadanos sabiendo que ha cambiado el concepto de juicio mediático? (responde Luis Miguel Peña)

Nunca forma parte del trabajo el ejercer influencia en uno o varios medios. De lo que se trata es de defender los intereses de una de las partes en la conversación pública sobre un caso. Esta tarea es diferente ahora con la aparición de Internet, un soporte con unas características propias que exige herramientas propias para gestionar la comunicación.

La Red es un soporte de fácil accesibilidad. No hay filtros para acceder a informar u opinar en las redes sociales. Por tanto, a diferencia de lo que ocurre con los medios tradicionales, Internet es más proclive a la opinión no cualificada, procedente de personas sin la formación ni conocimientos adecuados para hacer una valoración de temas complejos jurídico-empresariales. Por sus propios rasgos característicos,  Internet es un foro donde es más probable que surjan  comentarios y opiniones menos prudentes que en los medios tradicionales. Por ello, pueden potencialmente dañar más la reputación. La opinión y la información en la Red viaja a velocidad de crucero, actualizándose constantemente, por lo que “controlar” este soporte se convierte en una tarea muy complicada.

 

Dejar una respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.