Desde su privilegiada posición se encarga de coordinar las relaciones institucionales del CGAE con el resto de las Abogacías mundiales, a nivel de Colegios o Consejos nacionales, así como con las organizaciones internacionales de la Abogacía.” En época de crisis, la búsqueda de oportunidades por parte de los despachos de abogados españoles en nuevos mercados se afianza como una muy buena opción, explica Joan Font, Presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales del CGAE. Es precisamente analizar las ventajas de la internacionalización para los despachos de abogados y el encuentro que tendrá lugar en Turquia, para bufetes españoles del 1 al 4 noviembre, actividad organizada desde el Consejo General de la Abogacía Española en colaboración con el Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) y la Oficina Comercial de la Embajada de España en ese país, la excusa para esta entrevista. “ Lo cierto es que en España son pocos los despachos, salvo los de tamaño grande, que ya han apostado decididamente por la internacionalización,” subraya Font. “Quien apueste decididamente por la internacionalización de su despacho no se equivocará. Pero ello implica un esfuerzo considerable, muchas veces costoso y con resultados a medio y largo plazo”.

Nuestro interlocutor completó la carrera de Derecho en la Universitat de les Illes Balears (1.976 – 1981). Es además, abogado colegiado ejerciente en el Colegio de Abogados de Baleares desde 1.982 y socio fundador de la Firma de Abogados GENE FONT MORA. Su ejercicio profesional se ha especializado en Derecho Mercantil y Concursal.

Ha impartido clases y participado en mesas redondas y conferencias sobre Arbitraje de Derecho Privado y Derecho Concursal, materia esta última sobre la que ha escrito artículos para revistas especializadas. Autor del Reglamento regulador de los Arbitrajes Institucionales del Ilustre Colegio de Abogados de Baleares.

Miembro de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados de Baleares durante los años 1.987 a 2.001, ambos inclusive. Con posterioridad fue elegido decano del Ilustre Colegio de Abogados de Baleares y Consejero del Consejo General de la Abogacía Española desde 2.002.

Es en estos momentos Presidente de la Comisión de Relaciones Internacionales y Vicepresidente del Consejo General de la Abogacía Española desde febrero de 2.003, cargo que compagina con el de Jefe de la Delegación del Consejo General de la Abogacía Española ante el Consejo de la Abogacía Europea (C.C.B.E.), desde enero de 2.008. Es Miembro de esta Delegación desde mayo de 2.002.

Además, forma parte de la Comisión de Expertos Asesora del Govern de la Comunitat Autónoma de les Illes Balears para la reforma del Estatuto de Autonomía (desde diciembre 2.004). Medalla de Oro de la Comunidad Autónoma como integrante de la Comisión. Miembro del Justice Forum de la Comisión Europea, designado por Consejo de la Abogacía Europea (C.C.B.E.) desde 2.008.

Señor Font, su Comisión organiza en colaboración con el ICEX una misión profesional de letrados a Turquía, ¿podría explicarnos qué actividades se van a desarrollar en este contexto?

La misión comercial para despachos de abogados que organiza el CGAE, a través de su Comisión de RRII, conjuntamente con el ICEX, se enmarca dentro del Plan de Internacionalización para la Abogacía elaborado y presentado por el CGAE al ICEX en septiembre de 2009. El propósito de este plan es apoyar y ayudar a los abogados en la internacionalización de sus servicios jurídicos a través de la realización de misiones profesionales a otros países.

El encuentro empresarial que tendrá lugar la primera semana de noviembre en Turquía tiene como objetivo principal facilitar la identificación de oportunidades de internacionalización para los despachos y cooperación en el sector jurídico, así como de potenciales socios en Turquía, para lo cual los participantes dispondrán de una cuidada agenda de entrevistas en Estambul y Ankara programadas según el interés de cada bufete. Además, los participantes tendrán la oportunidad de asistir el día 2 de noviembre al Congreso Internacional de la Unión Internacional de Abogados (UIA), una de las principales organizaciones internacionales de la Abogacía en el mundo, que reúne durante sus congresos a miles de abogados repartidos por más de 110 países.

Algunos expertos señalan que una de las asignaturas pendientes para el abogado es la internacionalización. ¿Qué opina de esta afirmación? ¿Dónde está la clave para superar este déficit?

Quizás sea una afirmación excesiva, pero lo cierto es que en España son pocos los despachos, salvo los de tamaño grande, que ya han apostado decididamente por la internacionalización. Quien apueste decididamente por la internacionalización de su despacho no se equivocará. Pero ello implica un esfuerzo considerable, muchas veces costoso y con resultados a medio y largo plazo. La especialización y los idiomas –estos últimos, asignatura pendiente también para nuestra Abogacía-, son imprescindibles.

Los abogados que quieran iniciar el proceso de internacionalización pueden crear una oficina propia o llegar a un acuerdo con una firma nativa, siguiendo el modelo habitual de best friend. ¿Cómo se elige esa fórmula de internacionalización por parte de un despacho de abogados?

Las fórmulas existentes son muchas y variadas, y con toda seguridad se adaptan a las necesidades o intereses de cualquier despacho –pequeño, mediano o grande- que apueste por la internacionalización. Muchas veces será el coste el que inclinará a optar por una fórmula u otra. Desde la apertura de oficina propia en un país extranjero, que es la fórmula más cara, a otras más económicas, como la del “best friend”, la adscripción a una organización internacional para propiciar e intensificar el conocimiento de compañeros extranjeros, la franquicia, los acuerdos bilaterales o multilaterales, la creación de una denominación común de referencia que abarque distintas firmas en diferentes países, etc., quien quiera aventurarse en el terreno de la internacionalización sin duda encontrará la fórmula que se adapte a sus necesidades o a sus posibilidades.

Por cierto, ¿cuál es la causa de que en Sudamérica -Brasil-, México, y sobre todo Asia -los expertos hablan incluso de Irán y la zona del Caspio- se hayan convertido en nuevos mercados emergentes para la Abogacía?

Son mercados emergentes para nuestros empresarios. El abogado depende de las necesidades del cliente. Y si en un momento dado el cliente decide internacionalizar su actividad económica, siempre necesitará a un abogado que le asesore y asista en el proceso, muchas veces apoyado en un abogado local. Esto es lo que hace que nuestra Abogacía esté teniendo cada vez mayor presencia en los países que usted menciona.

Este trimestre cuenta con citas importantes para la Abogacía Internacional, como el pasado Congreso de la IBA en Vancouver (Canadá) y la reunión de la UIA que tendrá lugar en Turquía el próximo mes. ¿Qué papel juegan estos encuentros internacionales en la agenda de los abogados? ¿Por qué hay tan poca asistencia de letrados de nuestro país?

Las organizaciones internacionales de la Abogacía juegan un papel muy importante a la hora de poner en contacto a los abogados de distintos países para el debate de temas de común interés y, sobre todo, para fomentar el conocimiento personal y las relaciones entre abogados individuales y firmas de todo tamaño. Y los encuentros internacionales que estas organizaciones celebran una o varias veces al año son el equivalente a las clásicas “ferias de muestras” donde cada abogado/despacho busca promocionarse. Quizás la poca asistencia de abogados y despachos españoles a estos eventos sea consecuencia del déficit de internacionalización al que antes nos referíamos.

En época de crisis las empresas reducen su gasto legal, ¿es bueno que por esta reducción los despachos restrinjan sus gastos o salidas al exterior?

La crisis no afecta sólo a los ciudadanos y a las empresas, nuestros clientes, sino igualmente a los despachos de abogados, que también se ven obligados a reducir sus costes. La internacionalización de un despacho no genera resultados a corto plazo, por lo que si se apuesta decididamente por aquélla hay que intentar mantener la presencia del despacho en los foros internacionales, incluso en épocas de crisis económica. La internacionalización supone una oportunidad en época de crisis, la ocasión de contactar con potenciales socios y clientes en otros países, ampliando la esfera de actuación y negocio.

¿Qué opinión tiene de numerosos despachos independientes en nuestro país que no pertenecen a ninguna organización? ¿Tiene sentido esta estrategia empresarial en los tiempos que se viven en la actualidad?

Es un error, tanto si se trata de organizaciones internacionales como de las propias nacionales (Asociación de Abogados de Familia, de laboralistas, de fiscalistas, etcétera, las hay a docenas), no ya sólo porque se pierden oportunidades de relacionarse con colegas de otros países o ciudades, y en consecuencia se pierde oportunidad de “negocio”, sino porque se corre el riesgo de no estar al día en todo lo que afecta al día a día de la profesión. Las organizaciones de la abogacía, nacionales e internacionales, y especialmente los encuentros que éstas organizan, son auténticos foros de estudio, de actualización y de debate tanto de la profesión en sí como de aquella rama del derecho a la que nos dedicamos preferentemente.

Por último, desde su punto de vista, ¿qué resulta más fácil, gestionar un despacho o convertirse en experto en negocios internacionales con la consabida red de contactos en el exterior?

Los despachos de abogados, cualquiera que sea su tamaño, son auténticas empresas que participan de toda la complejidad y problemática que afecta a cualquier otra actividad económica. Gestionar un despacho, a partir de un determinado número de componentes, de negocio y de clientes, resulta realmente complejo y precisa de muchas horas de dedicación al día. Por otra parte, gestionar una buena cartera de contactos en el extranjero precisa de una labor constante, continuada, y normalmente muy costosa en tiempo y recursos económicos, a lo largo de muchos años. Quizás la gestión del despacho se pueda delegar en un profesional “ad hoc”; en cambio la red de contactos muchas veces precisará del trato personal con aquéllos.

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