Según el Avance de la actuación presupuestaria de las Administraciones Públicas 2008 publicado por el Ministerio de Economía y Hacienda, la caída estuvo motivada, en parte, por el descenso del 7,7% de los recursos fiscales que se produjo al tiempo que el PIB experimentaba un aumento del 4,2%.

Todos los componentes de la presión fiscal -porcentaje de los ingresos tributarios del Estado sobre el PIB- retrocedieron a lo largo del año 2008, aunque los impuestos corrientes sobre la renta y el patrimonio registraron los mayores descensos, con caídas de 2,19 puntos, seguidos de los impuestos sobre la producción y las importaciones, con 1,9 puntos.

Por su parte, las cotizaciones sociales efectivas y los impuestos sobre el capital se mantuvieron prácticamente en el mismo nivel del año anterior, al registrar un retroceso de 1,6 centésimas, respectivamente.

Según Hacienda, la reducción en 4,25 puntos registrada el año pasado se explica en un 79,4% por el retroceso experimentado por la presión fiscal correspondiente a la Administración central, principalmente el Estado, mientras que el 14,8% se debe al retroceso de la presión fiscal de las comunidades autónomas y el 5%, al de las corporaciones locales.

Además, la evolución de los recursos pagados a las instituciones de la UE reflejan la disminución del tipo aplicable a la base armonizada del IVA para el cálculo del primer tramo del recurso comunitario, que pasó del 1% hasta el año 2001 al 0,75% en 2002 y 2003 y al 0,5% en 2004.

En el periodo 2003-2007, la presión fiscal en España aumentó 3,16 puntos, como consecuencia del avance de los impuestos sobre la renta y el patrimonio en 2,85 puntos, que contribuyeron en un 90,2% al aumento global de la presión fiscal impulsado, principalmente, por el dinamismo de los beneficios empresariales y de las rentas de capital y del trabajo, aunque suavizado en este caso por el efecto de la reforma parcial del IRPF en 2003 y 2004 y de la reforma del 2007.

Los impuestos sobre la producción y las importaciones contribuyeron al aumento de la presión fiscal en ese periodo en un 5,1% y experimentaron un avance de 0,16 puntos porcentuales. Por su parte, la aportación de las cotizaciones sociales se mantuvo prácticamente estable, mientras que los impuestos sobre el capital, con un peso poco significativo dentro de los recursos fiscales, contribuyeron en un 3% al aumento de la presión.

El documento que ha hecho publico Hacienda confirma que las cuentas públicas cerraron el 2008 con un déficit de 41.874 millones de euros que equivale al 3,82% del PIB, por lo que superaron en cuatro décimas lo previsto por el Ejecutivo en la última revisión del cuadro macroeconómico (3,4%).

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