Noticia triste la recibida el pasado viernes. Fernando Pombo, fundador y presidente de Gómez-Acebo & Pombo y primer abogado español que dirigió una organización internacional del calibre de la IBA, en los años 2007-8, nos ha dejado tras una dura enfermedad. Con él, la abogacia de nuestro país piede a una persona avanzada a su tiempo y los medios informativos, a los que siempre trató con atención y paciencia, un gran aliado. Quien escribe estas líneas le conoció en diciembre de 2006 pocos días antes de asumir la presidente de esta asociación internacional. Luego coincidimos en diversos eventos y su memoria prodigiosas siempre le permitía acordarse de detalles importantes. Vaya desde VLEX, y en la persona de Lluis Faus, su director general y editor desde este medio, y desde este diario, en la persona de este profesional que escribe estas líneas, las condolencias para su desconsolada familia y compañeros de trabajo del mencionado despacho de Gómez-Acebo & Pombo
Aquí el lector puede ver leer algunos testimonios de abogados, profesionales de la Universidad, juristas todos ellos, que tuvieron la oportunidad de conocerle mejor. Ahora, al enterarse de la triste noticia, han querido dejar su opinión sobre la figura de Fernando Pombo. cosa que agradecemos desde DIARIOJURIDICO
Bernardo Cremades, socio director de Bernardo Cremades y Asociados. Fundador y Presidente de la Corte Española de Arbitraje hasta el 2010
Conocí a Fernando Pombo hace muchos años cuando en compañía de Pady Gomez-Acebo empezaban a dar los primeros pasos por la abogacía madrileña. Era muy frecuente verlo en la conferencias de la Internacional Bar Association. Llamaba la atención por su entusiasmo por conocer colegas extranjeros con quienes trabo verdadera amistad.
Fue elegido Secretario General y después Presidente de la asociación, cargos que desempeño con gran entusiasmo. Viajero incansable para llevar el mensaje de la IBA por todos los rincones de la tierra.
Ha promovido un despacho profesional, cohesionando brillantes abogados muy presentes en las principales operaciones jurídicas que tienen lugar en nuestra España de hoy. El contribuyo en gran manera a la globalización de nuestros servicios jurídicos.
Participo en numerosas iniciativas. Apoyo con entusiasmo la labor realizada por unos pocos, al principio, para el conocimiento y aceptación del arbitraje en España. Las Cámaras de Comercio y los Colegios de Abogados dieron su apoyo y Fernando fue uno de sus protagonistas.
Retirado de sus responsabilidades corporativas, dedico grandes esfuerzos a la actividad arbitral.
La Abogacía española, tan cicatera al agradecimiento corporativo, le reconoció con la mas alta distinción su agradecimiento por los servicios prestados.
Era un buen hombre y como tal le recordaremos sus muchos amigos.
Emilio Cuatrecasas, presidente de Cuatrecasas, Gonçalves y Pereira
A los abogados españoles, Fernando Pombo se nos ha adelantado en casi todo, hasta en dejarnos, desolados, antes de cumplir los setenta años de edad. Pero Fernando ha hecho y ha hecho bien tantas y tantas cosas que su familia y su firma pueden estar legítimamente orgullosas de la ejecutoria de este gran abogado. Nacido en la dura posguerra, se licenció en derecho a mediados de la década de los sesenta y salió fuera, primero a Suiza y luego a Alemania, para cursar sendos doctorados.
Extraordinariamente pertrechado como abogado internacional, volvió a España en 1971 para fundar su despacho, Gomez Acebo & Pombo, que presidió desde el primer momento y que constituye una de las primeras firmas españolas de abogados. Colegiado en las primeras plazas de este país, gran gestor de despachos, deportista ejemplar, Fernando ha sido uno de nuestros primeros embajadores en el mundo legal internacional, habiendo ocupado cargos de máxima representatividad en nuestra profesión, como el de presidente de la International Bar Association.
Con Fernando Pombo desaparece el adelantado de la abogacía española en el exterior, pero su continuado buen hacer y su gran estilo personal, que nos honran a todos, quedarán para ejemplo de todos nosotros. Descanse en paz
Miguel Angel Fernández-Ballesteros, arbitro independiente. Catedrático de Derecho Procesal. Vicepresidente del CEA (Club Español del Arbitraje)
Fernando Pombo es el mejor embajador de la abogacía española para ante la abogacía mundial. Uso el presente porque la labor, el legado de Fernando permanecerán vivos muchos años. Fue el adelantado y es el paradigma de lo que hoy se conoce como global-lawyer. Desde su ser español ha sentido como suya la abogacía mundial, la ha presidido, la ha dedicado gran parte de su vida y algunos de sus mejores esfuerzos.
Fernando era ubicuo e incansable. Cenaba, al tiempo, en varias mesas, asistía al tiempo a varias sesiones y participaba, al tiempo, en varios comités. Y a todos trasmitía la impresión de estar solo allí y solo para ellos. Su ágil cabeza discernía con precisión que el designio era único: aunar voluntades, impulsar proyectos y hacer saber a todos que él, en sus diversas condiciones, estaba allí, para lo que fuera menester.
Solo fue necesaria parte de su energía para impulsar el despacho que fundó con Gomez-Acebo y convertirlo en uno de los mejores de España y de los más reconocidos fuera de ella. Gómez-Acebo & Pombo es ya una institución. Tan pensada, vertebrada y representada por Fernando que puede, sin él, proyectarse indefinidamente hacia el futuro y alzarse aún mucho más sobre los sólidos cimientos puestos por Fernando.
Tal vez menos conocida en España -pero para mí muy afín- es su faceta de árbitro internacional. Su ser ecuménico y su carácter avenidor hicieron de Fernando un excelente árbitro. Sobre todo en controversias trasnacionales y transculturales, allí donde es más necesario aunar el derecho, el tacto y la prudencia.
Han sido muy pocas las personas con las que he coincidido en congresos, reuniones y arbitrajes internacionales, que no conocieran a Fernando, que no tuvieran de él un cálido recuerdo, una perceptible admiración o una entrañable amistad. Es indudable que mucho de Fernando permanece entre nosotros.
Iñigo A. Navarro Mendizabal?. Director del Departamento de Derecho Privado de Universidad Pontificia Comillas
Fernando Pombo: un abogado cercano, íntegro e innovador
Se nos ha ido un apasionado del Derecho, de su ejercicio y de la Justicia y todos los juristas nos sentimos un poco menos acompañados en nuestro quehacer diario. Nos queda aprender de su impresionante experiencia.
Tuve la inmensa suerte, derivada de la casualidad que es la vecindad en este gran Madrid, de conocer a Fernando cuando yo era un niño, por lo que le conocí «transando» en los juegos para que todos ganáramos alguna vez, «fomentando el trabajo en equipo» mientras hacíamos el corro de la patata o «dando a cada uno lo suyo», de lo que había caído de una piñata.
Sólo cuando estudié la carrera en ICADE conseguí hilar que el simpático padre de Clara, Regina, Carmen y Vindio era además uno de los grandes abogados de este país. Y curiosamente unir esas dos facetas en mi cerebro no me costó nada, porque Fernando era uno, íntegro, no parcelado en compartimentos estancos: era siempre él y el mismo.
Por eso tenía como abogado las virtudes de un buen padre y un buen amigo: escuchaba atentamente al otro, dejándose impactar por lo que el otro dijera y sin estar pensando qué iba a contestar o cómo imponer su discurso. Y escuchando se enriquecía de todos, porque sabía aprender de cada situación y además generaba enseguida una cercanía «cuasifamiliar» en la que un joven licenciado se sentía como si hablara con su hermano mayor.
En el curso 2008-2009 fue padrino de la promoción de los recién licenciados de ICADE de ese año. Aprovechó para volver a hacer hincapié en las tantas cosas que él mismo encarnaba y llevaba viviendo años. Nos dijo que el abogado del futuro tiene que basarse en el conocimiento técnico del Derecho (en esto no valen medias tintas: hay que saber), en su actualización permanente, en la utilización de las nuevas tecnologías, en el conocimiento de los idiomas y en la defensa de valores.
Fernando fue un gran anticipador y transformador de la realidad. No se trataba de que fuera profeta o adivinador, sino que viendo cómo iba a ser el ejercicio en el porvenir, más que prepararse para hacerlo bien cuando llegara, se ponía a trabajar como si ya hubiera llegado, por lo que construía él mismo el futuro y ayudaba a la innovación en el ejercicio del Derecho en España.
Y probablemente éste era parte de su éxito. Cuando llegaba la última novedad, él ya la había vivido y por eso ante lo nuevos problemas siempre se miraba a Fernando para ver lo que proponía. Esto era parte de su liderazgo: era un referente cuando no se sabía qué rumbo tomar, era una de las personas a las que mirábamos cuando había problemas, para atisbar como solucionarlos.
Fernando fue un hombre excepcional, no sólo respetado y admirado, sino también querido. A muchos nos asombró conocer la noticia de su fragilidad, pues pensábamos que a Fernando le tenía que ir bien en todo, que con su ilusión que le servía para fijar el norte y la energía con la que trabajaba para llegar a ese lugar prefijado, sería capaz de vencer cualquier obstáculo. Todo el mundo del Derecho se solidarizó con él cuando supimos de su enfermedad y ahora todos lamentamos su pérdida, aunque los grandes juristas como Fernando, se perpetúan en todos aquellos que de ellos aprendieron.
Jose Luis Roca, abogado, Ex Secretario General de la Corte Española de Arbitraje
Los que componemos la gran familia de la abogacia , estamos tristes y costernados. Es imposible expresar el enorme pesar que la pérdida de Fernando, cofundador de la prestigiosa firma Gómez Acebo y Pombo, me ha causado en lo más profundo de mi corazón.
Los que hemos tenido el privilegio de conocer y trabajar con él desde la década de los 70, somos testigos de su extraordinaria humanidad y de su enorme categoria profesional como fino jurista, con una envidiable sentido del humor.
No todos los compañeros saben que Fernando formó parte del reducido y experto grupo de abogados, que pusieron los cimientos del arbitraje mercantil en nuestro país. Fue socio fundador y destacadísimo vocal de la Corte Española de Arbitraje, adscrita desde su creación al Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Industria y Navegación.
Sus lúcidas intervenciones y sólidos laudos, tanto en derecho como en equidad, resuenan traspasando nuestras fronteras.
Ilustre y santanderino de pro , español, europeo, y jurista internacional, contribuyó brillantemente en sus numerosos e importantes puestos de máxima responsabilidad en la abogacia internacional, a elevar y dignificar la profesión de abogado desde España proyectándola a los cinco continentes.
Como experto navegante y amante de la mar, supo izar las velas de su apasionante singladura profesional y vital, sin perder el rumbo de su barco , pese a las galernas y temporales que nos toca vivir. Hasta en su último combate ha sido un modelo y referente para todos.
A su querida familia, y a sus más íntimos colaboradores, y a su eficiente y leal Lourdes , hago extensivo este emocionado y entrañable recuerdo. Descanse en la paz del Señor.
Fernando Pombo, adiós a un excelente abogado y un gran amigo
No quiero decir adiós a Fernando. No quiero decir adiós a quien ha sido uno de los principales estandartes de la Abogacía española e internacional y, sobre todo, a quien era, lo será siempre, una excelente persona, siempre cercana al Consejo General de la Abogacía Española y a su presidente. Su afabilidad, su cercanía, su modestia estaban parejas con su calidad profesional que le permitió ser una de las figuras de las que la Abogacía española puede sentirse orgullosa y el impulsor de su bufete, Gómez Acebo y Pombo, uno de los más importantes, de España, de Europa y del mundo. En poco tiempo hemos perdido a los dos referentes de ese despacho, Ignacio Gómez Acebo y Fernando Pombo, y el vacío que dejan es inmenso.
Cántabro, apasionado de la música, culto, amante de la vela, curtido en mil batallas, Fernando, Gran Cruz al mérito en el servicio a la Abogacía, fue un líder en el despacho y fuera de él, pero siempre tuvo espacio para la amistad y para el trabajo por todos los abogados. Fue profesor, pero siempre estaba dispuesto a aprender. Amaba la abogacía, y supo servirla dentro y fuera de nuestras fronteras, especialmente como presidente de la IBA, uno de los mejores. En los últimos tiempos impulsó la Fundación Fernando Pombo, que siguiendo sus grandes valores humanos, tenía como misión impulsar una Abogacía con más responsabilidad social, a través de la superación y la generosidad.
Descanse en paz, Fernando, abogado y amigo.