Los integrantes de la Secta Lev Tahor podrían ser expulsados si bien no han cometido delitos en el país
La polémica que rodea a este grupo religioso es por su conexión con el tráfico de niños. De hecho hallaron a 17 menores de edad en la comunidad.
Este grupo se encuentra establecido en países latinoamericanos como México y Guatemala y la perplejidad que genera va mucho más allá de su ultraconservadora vestimenta.
Los talibanes judíos
Todo comenzó hace tres semanas, cuando en el centro de Yarumal, Antioquia, hombres judíos vistiendo kipas y con sus sobresalientes patillas (peot) causó la sorpresa de los vecinos quienes se extrañaron al ver a esa comunidad en pueblo, de 45.000 habitantes y a tres horas de Medellín.
Los extraños ocupantes hacen parte de Lev Tahor, una comunidad de origen judío conocida como una secta ortodoxa, señalados internacionalmente por algunas de sus prácticas, como presuntos delitos graves contra menores de edad, entre ellos el secuestro y la explotación sexual. Nada distinto de las hordas de musulmanes que con sus costumbres no son señalados como una secta sino que se les reconoce como religión y hasta respetan la ley sharia.
Otra de las prácticas que preocupa sobre esta secta (y de otras religiones también) son los casamientos entre niños de 12 y 13 años, incluso entre primos.
De acuerdo con investigaciones internacionales, el objetivo de estos matrimonios jóvenes es la procreación para que el grupo crezca y se mantenga. También se han reportado casos de abuso sexual.
El plan de los 10 adultos que encabezaban el grupo era establecerse en una finca alejada, como lo han hecho en Guatemala y México. “Lo que hacen es que buscan unos lugares aparentemente alejados, en zonas rurales, para ubicarse y pues ahí mantenerse por un tiempo”.
Tal así la comparación que el diario El País señaló que este grupo judío ultraortodoxo ha sido llamado como los “talibanes judíos” porque sus mujeres visten con ropa negra de la cabeza a los pies.
Lev Tahor, cuyo nombre en hebreo significa “corazón puro”, fue fundada en Jerusalén en la década de 1980 por el rabino Shlomo Helbrans. Se estima que cuenta con varios centenares de miembros, entre 250 y 500. El grupo practica muchas de las costumbres del jasidismo, una corriente ortodoxa y mística del judaísmo, pero en su aplicación son incluso más estrictos.
Las mujeres deben estar cubiertas con ropa negra de pies a cabeza, apenas dejando a la vista su rostro; los hombres visten de negro, cubren sus cabezas con sombrero y nunca se afeitan la barba.
Por otra parte, pese a ser un grupo religioso judío, su postura política es contraria al sionismo por el temor a que la fe judía sea reemplazada por el nacionalismo secular en el Estado de Israel.
En paralelo a esta representación de una vida austera de entrega religiosa de la secta, brotaron en los últimos años varias acusaciones en torno al uso de formas extremas y violentas de control sobre sus miembros, incluyendo el uso de castigos corporales contra menores y el matrimonio forzoso de mujeres menores de edad con hombres mayores. Estas denuncias fueron formuladas por parte de exmiembros de la secta y de sus familiares.






