La realidad siempre va más rápido que las leyes, y esto es bueno, de lo contrario viviríamos en una distopía, pero con la velocidad a la que avanza la tecnología, esta lentitud para legislar la realidad puede llegar a dejar en un limbo a mercados con una gran capitalización, que es precisamente lo que venía ocurriendo con las criptomonedas hasta hace no demasiado a pesar de que la figura del incremento patrimonial ya las cubría en el apartado tributario en muchos países, gravando los beneficios obtenidos gracias a su venta.

status jurídico criptomonedasAunque en una mayoría de países las criptomonedas no están especialmente reguladas a favor ni en contra, unos pocos destacan en ambos extremos del espectro, bien porque han legislado en este aspecto de forma extremadamente amigable o bien porque lo han hecho de forma extremadamente prohibitiva.

Criptomonedas como divisa de curso legal

 La República Centroafricana ha sido el último país de una corta lista formada tan sólo por El Salvador y la propia República en adoptar una criptomoneda descentralizada como divisa de curso legal, lo cual ya empieza a marcar una tendencia positiva en este aspecto frente al año 2021, en el cual la gigantesca economía china prohibió todo tipo de actividad relacionada con las criptomonedas decantando la balanza en favor de la prohibición en vez de la adopción.

Sin llegar a la adopción como moneda de curso legal, existen otros países que tienen legislaciones amigables con las criptomonedas, algunos de los cuales son aquellos con economías tradicionalmente consideradas como muy liberales como Singapur, Alemania o Suiza, países que o bien gravan las transacciones de criptomonedas con los mismos ventajosos criterios que utilizan para las transacciones con fiat, como es el caso del país alpino, o bien están directamente libres de impuestos, como ocurre también en Malta para los inversores extranjeros, ya que la pequeña isla mediterránea siempre ha buscado atraer capital foráneo con atractivas ventajas fiscales.

Estos son ejemplos de países que generalmente facilitan las inversiones con criptomonedas y otros activos como forma de generar riqueza, pero existen otros que han apostado por una estrategia totalmente contraria, limitando las posibilidades de sus ciudadanos e inversores institucionales a la hora de elegir como invertir en criptomonedas.

Países hostiles a las criptomonedas

 Desde la prohibición total a las restricciones bancarias existe un amplio abanico de formas de legislar de forma restrictiva contra las criptomonedas. Entre la forma en la que Arabia Saudí, Indonesia, Canadá o Rusia legislan con respecto a las criptomonedas, que o bien pueden prohibirlas como instrumento de pago pero no como forma de invertir o especular, reservando de esta forma toda la soberanía monetaria para sus respectivos bancos centrales, o bien pueden limitar por ley la exposición de sus bancos a este mercado, en ocasiones prohibiendo cualquier tipo de participación, y como lo hacen países como China o Bolivia existe una diferencia cuantitativa y cualitativa enorme.

China, antigua Meca de las criptomonedas y país en el que se fundó la todavía mayor exchange del mundo, Binance, se ha vuelto un país totalmente cerrado a las criptomonedas, hasta tal punto que ni siquiera la criptominería es una actividad permitida en un territorio que llegó a ser uno de los polos más importantes de criptominado del mundo.

Pero China, a pesar de ser el país más importante que ha prohibido cualquier actividad con las criptomonedas, no es el único Estado que está empeñado en ponerle puertas al campo, ya que ejemplos de legislaciones restrictivas no faltan; en Egipto un edicto religioso declaró ilegales las criptomonedas por su carácter especulativo, aunque poco a poco se ha ido suavizando, en Bolivia su propio Banco Central ha emitido una resolución prohibiendo su uso y en Argelia se penalizan no sólo las transacciones con criptomonedas sino incluso la mera posesión de las mismas, convirtiendo su legislación al respecto en otro punto de divergencia con su vecino, el reino alauita, que aunque también es uno de los países más hostiles con las criptomonedas sí que permite las blockchains -tecnología que tiene muchas más utilidades que posibilitar la existencia de las criptomonedas- y ya se está planteando permitir la introducción de las criptomonedas en su territorio, por lo que abandonaría el club de los países más claramente posicionados contra las criptomonedas para pasar a formar parte de esa mayoría que no está ni abiertamente a favor ni abiertamente en contra de las mismas.

 

 

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