La necesidad de proteger los datos, infraestructuras críticas y sistemas vitales se ha vuelto imperativa en el mundo digital actual. La mitad de las empresas españolas sufrieron ataques de ciberseguridad el pasado ejercicio, una situación que empeora cada año y que supone un alto impacto económico para las compañías afectadas. En este sentido, la resiliencia empresarial es crucial en un entorno donde las ciberamenazas son cada vez más sofisticadas y frecuentes.

ciberseguridadEn un mundo cada vez más conectado digitalmente y a medida que evolucionan las amenazas cibernéticas y la interconexión global, la ciberseguridad se ha posicionado como un elemento esencial de cualquier empresa para mantener la estabilidad, la confianza y la integridad. Y es que, el auge de la inteligencia artificial (IA) ha generado un aumento de los desafíos en ciberseguridad, ya que esta tecnología proporciona nuevos vectores de ataques emergentes, haciéndolos más sofisticados y difíciles de detectar. Por lo tanto, se necesita un enfoque integral que combine esta tecnología con otras estrategias de seguridad para garantizar una protección efectiva contra las amenazas cibernéticas en constante evolución.

En España, el sector de la ciberseguridad aglutina ya a 1.600 empresas y se espera que alcance los 83.000 empleos el próximo año, situando al país en la cuarta posición del ranking mundial de ciberseguridad, según datos del Gobierno. Asimismo, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) señala que este sector es el que menor tasa de desempleo tiene en España y, se estima que, para 2024, se necesitarán 80.000 profesionales de ciberseguridad.

Dada la creciente importancia que está cobrando la ciberseguridad a nivel mundial, los expertos de The Valley han identificado 4 factores clave que han generado esta situación:

  • Aumento de la conectividad. El internet de las cosas (IoT) ha aumentado exponencialmente el número de dispositivos conectados, ampliando la superficie de ataque. Además, la sociedad actual depende enormemente de la tecnología digital para trabajar, comunicarse, hacer transacciones financieras y más, lo que incrementa la sensibilidad a posibles ciberataques.
  • Desarrollo acelerado de tecnologías emergentes. La rápida adopción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, el blockchain y la computación en la nube también genera preocupaciones sobre su seguridad. Además, este avance tecnológico ha supuesto el incremento en la sofisticación de los ataques, como el ransomware y las amenazas basadas en inteligencia artificial, ha creado mayores riesgos y vulnerabilidades.
  • Mayor concienciación sobre su impacto económico y social. Los ciberataques pueden tener consecuencias económicas significativas para empresas y particulares. Además, las brechas de seguridad pueden afectar la confianza del cliente y la reputación de las empresas.
  • Incremento de la preocupación de la privacidad de los datos. Las brechas de seguridad y los ataques cibernéticos frecuentes han generado una mayor conciencia pública sobre la importancia de la seguridad digital. La recopilación masiva de datos y su almacenamiento digitalizado aumentan la preocupación por la privacidad y la seguridad de estos datos. Ante este panorama, los gobiernos y las entidades reguladoras están implementando normativas más estrictas para garantizar la seguridad de los datos y la protección de la privacidad.

Fuente: The Valley

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