China, India y Brasil se consolidan a la cabeza del ranking por el tamaño de su mercado interno, su dinamismo económico y su alto potencial aún por explotar. Por su parte, España se ha vuelto a posicionar dentro de los veinticinco destinos más atractivos para la Inversión Extranjera Directa (IED), de acuerdo con el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa (FDI Confidence Index®), un estudio con el que A.T. Kearney recoge la perspectiva presente y futura de los flujos de inversión internacional.
La consultora reconoce que este resultado puede resultar contra-intuitivo, en un contexto continuado de clara inestabilidad económica y de incertidumbre en cuanto a la recuperación económica mundial. No obstante –señala- se acentúa la polarización de la inversión hacia países con mayores perspectivas de crecimiento, principalmente los emergentes, y entre los países de bajo crecimiento, sólo aquellos que cuentan con atractivos activos a buen precio (como España) se mantienen en el ranking.
Por primera vez desde que A.T. Kearney realiza este estudio, las economías emergentes han absorbido más del 50% del total de la inversión global. Según el informe, los inversores son atraídos por los países emergentes por la importancia de su mercado interno y por su rápido crecimiento, más que por sus reducidos costes laborales.
Los países emergentes absorben más del 50% de la inversión global, y por primera vez, ocho países salen de este top-25 debido, entre otros factores, a la inestabilidad política en Oriente Medio y al impacto relativo de la crisis financiera y económica mundial
Es de destacar que China sigue encabezando el ranking de intenciones de los inversores extranjeros, una posición que ostenta desde 2002, seguido por India y Brasil. Estados Unidos desciende dos posiciones y se sitúa en cuarto lugar debido principalmente al peso que su abultada deuda.
El estudio señala que el futuro de la inversión extranjera directa dependerá, en Europa y no sólo en ella, de cómo se resuelva la crisis del euro. Sin control, el resultado podría ser catastrófico, dado el papel clave de los bancos en la economía europea y el volumen de la deuda en cuestión. La capacidad de la Unión Europea para responder a esta crisis se verá limitada por la necesidad de alcanzar un acuerdo entre todos y cada uno de sus Estados miembro, se señala.
En el caso particular de España, se subraya que pese a la crisis macroeconómica global y de la debilidad de la zona euro, el país es un destino de interés para la inversión extranjera.
En ese sentido se expresa Eugenio Prieto, presidente de A.T. Kearney en España y Portugal, al comentar: «El interés por invertir en España se debe en gran medida a nuestra gran experiencia en energías renovables, a nuestro liderazgo en infraestructuras y a nuestra condición de puerta de entrada a América Latina, bajo el amparo de la seguridad y estabilidad jurídica de la Unión Europea, que en la actualidad suponen nuestro mejor credencial. También contribuyen a nuestro atractivo las necesidades de desinversión de activos no estratégicos que cotizan a unos múltiplos atractivos».