Comprar una propiedad es una de las metas de vida más importantes. Conseguir un objetivo que parece imposible de alcanzar produce una gran sensación de felicidad, tranquilidad, estabilidad y bienestar. El patrimonio inmobiliario es un valor seguro y una inversión que merece la pena.
No obstante, disponer de una alta suma de dinero es un privilegio que muy pocos tienen. Para cambiar esto, las entidades financieras y bancarias ofrecen la posibilidad de que las personas con insuficiente capacidad económica puedan recurrir a una hipoteca.
Antes de solicitar una hipoteca es muy importante conocer de qué se trata, sus modalidades, y componentes principales. También hay otros factores que considera el banco para otorgar un crédito de este tipo. Seguidamente se explicarán todas estas cuestiones.
¿Qué es una hipoteca?
Una hipoteca consiste en una cantidad de dinero que generalmente concede determinada entidad financiera o bancaria a una persona física o jurídica con la garantía de un bien inmueble adicional.
En otras palabras, el solicitante recibe un capital con el compromiso de devolverlo en cuotas mensuales con los intereses que correspondan, por un plazo específico y según la modalidad seleccionada. Asimismo, el deudor ofrece como garantía un inmueble.
Si el deudor no paga la deuda, el acreedor estará en todo su derecho de solicitar la venta de la propiedad aval para cobrar la suma prestada.
¿Cuáles son los principales tipos de hipoteca?
Existe una gran variedad de hipotecas disponibles. Según el tipo de interés, estas son las principales modalidades vigentes:
- Fija: Una hipoteca fija es una opción muy interesante para adquirir una vivienda y no estar pendiente del Euribor. En este caso, el interés no varía durante toda la vida del préstamo. Las cuotas siempre serán las mismas hasta realizar la devolución completa del dinero.
- Variable: En esta categoría, el interés varía de acuerdo al índice de referencia. El importe de las cuotas a pagar cada mes puede subir o bajar según el Euribor. Por lo general, el tipo de interés se actualiza semestralmente para recalcular la cuota mensual.
- Mixta: Combina las opciones anteriores. El interés se mantiene fijo por un período de tiempo y después pasa a ser variable.
Componentes generales de una hipoteca
Acordar un contrato hipotecario es un asunto serio. Por eso, se recomienda entender a profundidad los componentes básicos de una hipoteca en cuanto al capital, la tasa de interés y el plazo de amortización.
- Capital: Se refiere a la cantidad de dinero solicitada. Usualmente el capital prestado es inferior al valor del bien que se ha dejado como garantía.
- Tasa de interés: Beneficio que recibe el banco por conceder al cliente el acceso a la financiación. En España, los bancos se apegan al Euribor (índice de referencia o tipo de interés aplicado a los préstamos en euros realizados entre los grandes bancos europeos, siendo su principal referente los créditos hipotecarios variables).
- Plazo de amortización: El tiempo establecido para realizar el reintegro del dinero que ha sido prestado.
¿Qué considera el banco antes de conceder una hipoteca?
Las entidades bancarias realizan una evaluación minuciosa de la solvencia del solicitante antes de conceder una hipoteca. Deben asegurarse de que el cliente tendrá la capacidad de asumir el compromiso y pagar la deuda en los plazos establecidos.
Durante el proceso de análisis consideran los siguientes aspectos básicos:
- Ingresos percibidos: La cuota a pagar mensualmente no debería exceder el 30% de los ingresos netos percibidos. Esto con la finalidad de que el solicitante pueda hacer frente al pago sin problema. El banco podrá pedir una serie de documentos probatorios:
o Declaración del IRPF.
o Nómina o justificantes de ingresos adicionales, en caso de que los hubiere.
o Recibos de otros préstamos.
- Estabilidad: El banco tiene la libertad de verificar:
o Personas físicas: El tiempo de antigüedad y tipo de contrato que tenga el solicitante en su lugar de trabajo. A mayor estabilidad, mayores serán las posibilidades de obtener la financiación.
o Autónomos y personas jurídicas: Presentar pruebas de que tienen la suficiente liquidez para asumir los pagos. Documentos que demuestren la estabilidad del negocio, proyecciones a corto y largo plazo, contabilidad o cualquier otro movimiento que considere pertinente.
- Ahorros: El futuro deudor debe tener ahorrado mínimo el 20% del valor del inmueble para pagar la inicial. Por lo general, el banco otorga hasta un 80% la tasación de la vivienda.
- Edad: Los solicitantes que excedan los 75 años de edad casi siempre no califican para optar por una hipoteca. Si es a 30 años, difícilmente podrán pagarla.
- Situación familiar y personal: Se miden aspectos relacionados al estado civil y cargas familiares.
- Historial crediticio: Verificar el nivel de endeudamiento del solicitante es un aspecto obligatorio dentro del proceso de análisis. Asimismo, se revisará cómo ha sido el cumplimiento previo de las obligaciones o si el cliente forma parte de alguna lista de morosos.
- Activos en propiedad: La entidad bancaria podrá consultar el Registro de la Propiedad para conocer si es propietario de otros bienes o activos.