En un momento de eclosión del arbitraje en nuestro país, era necesario para Diariojuridico.com conocer la opinión de uno de los valores más solidos de esta práctica extrajudicial en nuestro país. Bernardo Cremades, nuestro entrevistado es uno de los árbitros más conocidos a nivel internacional según la publicación Global Arbitration Rewiew. Desde su posición privilegiada como abogado y presidente de la Corte Española de Arbitraje afirma que “La rentabilidad no es, o no debe ser, criterio prioritario en el funcionamiento profesional de un abogado. Esta es una profesión que permite vivir bien pero no enriquecerse. La crisis aumenta la litigiosidad, pero no necesariamente el número de procedimientos arbítrales. Además, el abogado no se especializa, sino que lo especializan los clientes”
Socio fundador del despacho de abogados B. Cremades y Asociados de Madrid.
Doctor en Derecho Alemán por la Universidad de Colonia y Derecho Español por la Universidad de Sevilla con premio extraordinario. Catedrático de Universidad, ejerciendo la docencia en las Facultades de Derecho y de Ciencias Económicas de Madrid. Es Miembro del Colegio de Abogados de Madrid, y anteriormente fue miembro del de París y Bruselas, especializado en derecho y arbitraje mercantil internacional. Presidente de la Corte Española de Arbitraje y miembro del Internacional Council for Commercial Arbitration.
Ha representado como abogado a las partes o Estados, o actuado como árbitro o Presidente de Tribunales Arbitrales en más de 150 procedimientos. Su amplia experiencia incluye la dirección de arbitrajes bajo las reglas ICSID, la American Arbitration Association, CIETAC , la Comisión Interamericana de Arbitraje, más de cuarenta arbitrajes de la Cámara de Comercio Internacional, y arbitrajes bajo la norma UNCITRAL y Tratados de Inversión Bilaterales. Su práctica abarca todo tipo de conflictos en contratación internacional, incluyendo energía y recursos naturales, construcción, contratos de concesión, conflictos de inversión, ventas y licencias internacionales, y finanzas y banca.
Es miembro del Institute of World Business Law de la Cámara de Comercio Internacional. Forma o ha formado parte de la junta directiva de diferentes Cámaras de Comercio, presidente honorario de la Asociación Económica Hispano-Suiza. Ha sido vice-presidente durante 9 años de la Cámara de Comercio Alemana para España y en la actualidad es co-presidente del Foro Hispano-Alemán.
Autor de numerosas libros y artículos relacionados sobre el arbitraje internacional y los negocios, y es ponente frecuentemente en conferencias internacionales. Habla Castellano, Inglés, Francés y Alemán con fluidez
¿Podría explicarnos brevemente que papel juega la Corte Española en la canalización del arbitraje en nuestro país? ¿Sigue algún modelo de funcionamiento de algún país europeo?
La Corte Española de Arbitraje comenzó formalmente sus actividades en 1982. Previamente, en el marco del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio se hicieron innumerables gestiones para que España ratificara los tratados sobre arbitraje internacional, tanto comercial como de protección de inversiones. La Corte Española ha sido el primer centro de arbitraje en España, por ser el arbitraje una actividad muy propia y específica de las Cámaras de Comercio.
¿Cómo se coordina su actividad con la del resto de Cortes Arbitrales que hay en nuestro país?
La Corte Española de Arbitraje tiene relaciones muy estrechas con los centros y cortes de arbitraje creados en el marco de las diferentes Cámaras de Comercio.
¿Cree posible que Madrid se convierta en capital internacional del arbitraje? ¿Qué habría que hacer en ese caso?
Por supuesto, que es posible y deseable que Madrid se convierta en una de las capitales en las que se pueda realizar arbitrajes internacionales. Seguridad jurídica en el apoyo y control de los jueces y tribunales a los procedimientos arbítrales es una condición imprescindible para ello.
¿Por qué hay tantas Cortes Arbítrales en nuestro país? ¿No cree que tanta diversidad asusta al empresario y le hace confiar en Cortes extranjeras?
El empresario está acostumbrado a la libertad y competencia en el mercado, también en el mercado de servicios altamente cualificados como son los de arbitraje. La Ley ha querido la libertad en la creación en España de centros de arbitraje y luego la calidad de los servicios es la que determina la elección del empresariado.
Usted lidera un despacho especializado en arbitraje, ¿Cuál es la clave a la hora de ganarse la confianza de sus clientes? ¿Qué rasgos deben definir a un buen árbitro?
La confianza de los clientes en el abogado es algo que se gana con el tiempo, es el resultado de la labor bien hecha. El árbitro debe ser un hombre preparado, con experiencia en la solución arbitral de los litigios, honesto y neutral.
¿Hasta qué punto para cualquier abogado especializarse en arbitraje es rentable? ¿Es un buen momento en plena crisis apostar por el arbitraje?
La rentabilidad no es, o no debe ser, criterio prioritario en el funcionamiento profesional de un abogado. Esta es una profesión que permite vivir bien pero no enriquecerse. La crisis aumenta la litigiosidad, pero no necesariamente el número de procedimientos arbítrales. Además, el abogado no se especializa, sino que lo especializan los clientes
¿Cuál debe ser la formación de un letrado para llevar a cabo este tipo de casos? ¿Qué deben hacer las universidades para fomentar el arbitraje?
Las universidades están haciendo hoy un fuerte esfuerzo para introducir el arbitraje en el plan de estudios. Es frecuente oír comentar entre profesores de facultades de Derecho, tanto españolas como extranjeras, que los alumnos más brillantes se interesen por el arbitraje y muy especialmente por el arbitraje internacional.
¿Qué opinión le merece la puesta en marcha de iniciativas como Moot Madrid, en el plano universitario?
Desde hace tiempo, viene funcionando el Moot, como competencia internacional en el plano universitario para la formación específica en materia de arbitraje, tanto de abogados que intervengan en procedimientos arbítrales como de árbitros. El equipo de la Universidad Carlos 111 ganó el año pasado el primer puesto frente a equipos de muy afamadas universidades europeas o americanas. La edición en español de dicho encuentro me parece algo muy provechoso, especialmente de cara a los países de América Latina.
¿Cómo se explica el desarrollo internacional del arbitraje fuera de nuestras fronteras y que a nivel interno no haya despegado?
En España el arbitraje internacional goza desde hace muchos años de muy buena salud. Las empresas españolas tienen experiencia y confianza en el arbitraje internacional y árbitros españoles actúan con gran destreza en los arbitrajes internacionales, tanto comerciales como de protección de inversiones. A nivel interno algo debería cambiar, sin duda, en nuestra legislación, en el funcionamiento de nuestros jueces y tribunales y en la práctica de nuestros arbitrajes, exigiendo mayor profesionalidad a las partes y a los árbitros.
Por último, dénos su opinión sobre el problema de la justicia en España y una forma de resolverlo.
La situación de la justicia en España es consecuencia de muchos factores, en los que quizá haya faltado la decisión política de entrar a fondo en una eficaz reforma. Sin embargo, hay que admitir que en los últimos años se han dado grandes pasos, por lo menos en la concienciación de la necesidad democrática de la reforma de la justicia en España.