Es evidente que los menores se encuentran en una grave situación de desprotección ante las nuevas tecnologías y, en especial, ante el auge de las redes sociales en Internet. Según datos publicados a finales de 2008 por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, alrededor del 12,6% de los usuarios de Internet en España tienen entre 14 y 19 años, pero esta cifra crece exponencialmente. Ante esta realidad, la Fundación Solventia ha puesto en marcha un proyecto internacional de investigación sobre la privacidad de los menores ante las nuevas tecnologías dirigido por el Catedrático de Derecho Administrativo y ex director de la Agencia Española de Protección de Datos, José Luís Piñar Mañas.

Una de las primeras iniciativas en el marco de este proyecto será la celebración de una Jornada, el próximo 16 de junio, bajo el título ‘La privacidad del Menor en las Redes Sociales’, que tendrá lugar en el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid y será inaugurada por su Decano Antonio Hernández Gil y el presidente de la Fundación Solventia Conrado Truan. La jornada se puede consultar en Fundación Solventia. Para Cesar Iglesias, responsable de nuevas Tecnologías y Propiedad Intelectual en Díaz-Bastién & Truan abogados entidad que promueve la Fundación Solventia la redes sociales son un fenómeno imparable con tendencia a permanecer entre nosotros.

¿Podría explicarnos cuál ha sido el motivo de organizar esta jornada sobre Redes Sociales y Menores?

El Despacho colabora con la Fundación Solventia en un programa de investigación más amplio denominado “Privacidad y Menores”. Dentro de dicho proyecto, surgió la preocupación por una cuestión de máxima actualidad en Europa en general como en España en particular, como es la privacidad de los menores en el ámbito de la redes sociales. El Área en la que colaboro tiene una continua preocupación por investigar y trabajar sobre las últimas tecnologías bien estén en fase de desarrollo, bien estén en fase de implementación en el mercado.Además, la publicación conjunta por INTECO y la AEPD, en febrero de 2009, de un “Estudio sobre la privacidad de los datos personales y la seguridad de la información en las redes sociales online” ya había preparado el terreno para debatir este tema con un nivel de profundidad adecuado.

¿Cuál es el perfil definido de un usuario de redes sociales? ¿Hay algún retrato robot definido de estos usuarios?

El fenómeno de las redes sociales no se puede catalogar de forma sencilla, aunque tan sólo sea porque hay muchos tipos diferentes de redes sociales. Existen redes sociales para el ámbito interno de las empresas, como Yammer, para las amistades, como Facebook o Tuenti, para mantener contactos profesionales, como LinkedIn, para simplemente mantener actualizados los datos de contacto, como Plaxo, además de un número creciente de redes sociales específicas para madres trabajadores o personas con determinada enfermedad.

Tampoco hay que olvidar que se están desarrollando redes sociales que no están identificadas como tales. Este es el caso, por ejemplo, de los videojuegos que se juegan de forma cooperativa por usuarios repartidos por todo el mundo.

Sabido esto, en estos momentos, creo que se pueden distinguir dos tipos de usuarios: por un lado, el “nativo digital”, esto es, los menores de 25 años para los que las redes sociales son sólo la consecuencia natural de tecnologías, como la mensajería instantánea, que llevan utilizando desde la infancia. Por otro lado, el “colonizador”, personas mayores de 25 años que han adoptado estas tecnologías y las han integrado en su forma de vida aunque no siempre cuenten con la compresión de las personas de su misma edad.

Que muchos menores confiesen en este momento que son usuarios de redes sociales, ¿cómo hay que valorar esta información desde su punto de vista?

Es parte de una tendencia imparable, las redes sociales no son una moda, sino una forma de trabajar y relacionarse que está aquí para quedarse.

Plantea, sin duda, un reto importante en lo relativo a los menores de 14 años que ya conocen y utilizan estas redes, muchas veces sin conocimiento de sus padres o tutores. El uso de herramientas de control parental y la implicación de los padres o tutores es esencial para poder abordar este problema de forma adecuada.

En este desarrollo de las redes sociales, ¿cómo cree que deben evolucionar estas herramientas para que tengan una correcta política de protección de datos?

Las opciones de privacidad deben ser más transparentes. A veces no es sencillo valorar las consecuencias de activar o desactivar cada opción. Por otro lado, muchas veces existen opciones que los usuarios no utilizan y que mejoran de forma importante la protección de los datos. Una posibilidad para incrementar la protección es activar estas opciones por defecto y que sea el usuario el que decida hasta dónde quiere “abrir” sus datos.

En cualquier caso, el motor de la evolución de estas herramientas deber ser la preocupación de los usuarios que deben tomar conciencia de las consecuencias que puede tener para ellos y terceros la difusión inapropiada de información personal.

¿Qué opinión tiene de la legislación que regula la actividad de las redes sociales, habría que modificarla en algún aspecto?

Sin duda, las redes sociales cambiarán determinados conceptos de la protección de datos y de la intimidad. Sin embargo, este cambio será paulatino, a medida que las redes sociales vayan dejando de ser un “juguete” y convirtiéndose en una herramienta empleada por el público en general.


Y en Europa, ¿qué se está haciendo a este respecto que podamos importar a nuestro país como modelo a seguir?

España es un país pionero en el ámbito de la protección de datos de carácter personal y punto de referencia a nivel europeo. Si algo debemos importar, es un enfoque más favorable para las empresas y una visión más amplia. La imposición de restricciones a las empresas que no estén alineadas con las prácticas internacionales pueden reducir la ventaja competitiva de nuestras empresas, sin añadir demasiado a la protección de los usuarios que van a seguir buscando las redes sociales más cómodas de usar y donde más usuarios haya.

¿Qué opinión tiene de las sanciones que está imponiendo la Agencia de Protección de Datos ante la vulneración de alguno de los riesgos antes comentados?

La AEPD está haciendo una importante labor preventiva en este ámbito. Elaborando y publicando informes, guías y notas de prensa, estableciendo contacto con los principales interlocutores del sector, etc.

No obstante, la interpretación restrictiva y excesivamente garantista que hace la AEPD de la Ley Orgánica de Protección de Datos puede impedir que se cree en España un ambiente favorable al desarrollo de las redes sociales.

Creo que es demasiado pronto para hacer una valoración de la actuación de la AEPD pero el riesgo de inhibir la innovación es, sin duda, muy elevado.

¿No cree que la indexación de los perfiles por parte de los buscadores es un elemento que habría que evitar por ser un riesgo evidente?

No necesariamente, por ejemplo, un perfil en LinkedIn está hecho para que cuantas más personas puedan acceder a él y localizarlo.

Qué duda cabe, sin embargo, de que en relación con el menor ese riesgo existe y deben tomarse las medidas para evitarlo. En este sentido, la primera línea de defensa debería ser la propia familia del menor que deberían tomar las medidas para evitar que esto pasase. Los administradores de redes sociales deben facilitar el control parental de estas redes.

¿De que manera se podrían controlar las posibles suplantaciones de usuarios y el exceso de información que el usuario incluye en su perfil personal?

Esta pregunta plantea dos problemas muy distintos.

Las suplantaciones de usuarios es un problema básico de seguridad informática y que no tiene fácil solución. Cuanto más se quiere facilitar el acceso, mejorando la experiencia del usuario, normalmente la seguridad es menor y viceversa. Cuanto más seguridad y trabas se ponen, más difícil le resulta al usuario acceder.

Por otro lado el problema del exceso de información, en lo relativo a los usuarios menores de edad, es una cuestión de formación: primero en la familia y luego en el centro de enseñanza. Los padres, tutores y educadores deben hacer un esfuerzo para aprender a manejarse en este medio y así poder transmitirles al menor qué es razonable publicar en Internet y qué no. Al igual que se enseña a los niños pequeños a no hablar con desconocidos cuando están en la calle, debe enseñárseles a no dar su información a desconocidos.

Por último, ¿qué mejoras se pueden introducir en la protección de datos y en la propia seguridad de las redes sociales a medio plazo?

La gran mejora que debe producirse es un incremento del grado de formación e implicación de los padres y tutores con la actividad de los menores en las redes sociales. Esta mejora es el paso esencial para poder afrontar los retos que nos plantearán las redes sociales en el futuro.

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