Desde el pasado mes de abril dirige el Departamento de seguros del despacho Eversheds Lupicinio, una tarea para la que Miguel Roure se apoya bastante en el equipo londinense de la firma de la que forman parte, Eversheds International. “No podemos olvidar que Londres y Nueva York son las principales plazas financieras en materia de seguro a nivel mundial y sedes de las Cortes Arbitrales que siguen estas disputas específicas”, comenta.
Para este profesional, el único abogado de habla hispana que la organización ARIAS ha reconocido como socio en calidad de árbitro de seguros y reaseguros, es evidente que “crear una Corte Arbitral especializada en el sector asegurador en nuestro país sería un reto bastante atractivo. Habría que ver cómo adaptar el derecho anglosajón a nuestra filosofía específica”. En el próximo año, Eversheds Lupicinio pretende liderar el mercado de disputas jurídicas en el sector asegurador, una actividad aún emergente en nuestro país.
Miguel Roure es abogado especialista en seguros y cuenta con una trayectoria de más de 10 años en dicho sector. Antes de su incorporación a Eversheds Lupicinio, Miguel ha sido Director de Close Premium Finance del banco británico Close Brother Group y Director de Brókers de Madrid para Winterthur, coordinando las relaciones de la compañía con los corredores de seguros y cuentas especiales. Previamente, ha ejercido como Responsable de grandes cuentas y Brókers para OCASO, creando los procesos operativos de subscripción, comisionamiento y reclamaciones de conformidad con la Ley de Mediación y la Ley de Contratos de Seguros.
Miguel Roure es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y ha obtenido el Programa de Desarrollo Directivo del IESE BUSINESSS SCHOOL, Máster de Práctica Jurídica del ISDE y MBA del Centro de Estudios Financieros (CEF). En noviembre de 2009 fue admitido como socio de ARIAS (Aida Reinsurance and Insurance Arbitration Society) en calidad de árbitro de seguros y reaseguros
Usted acaba de ser nombrado por ARIAS árbitro de esta organización internacional, ¿qué objetivos se ha planteado en este primer año de trabajo?
Recientemente integrado en una institución del prestigio de ARIAS, mi objetivo es seguir formándome y estrechando la relación con los demás compañeros árbitros de esta organización, algunos de los cuales actúan como mis mentores en dicho proceso formativo (que dura toda la vida) con intención de perfeccionar el dominio de los procedimientos arbitrales en materia de seguros y reaseguros. La meta final, ya muy cercana, es formar parte del panel de árbitros certificados que propone ARIAS a las cortes de arbitraje.
Respecto a la Firma a la que pertenezco, trabajaremos con ese mismo objetivo en mente para dominar un nicho de mercado muy interesante, apoyados por Simon Brooks y Mathew Allen, de la oficina de Londres, para los mercados español y latinoamericano.
Quizás el mercado del arbitraje en temas de seguros y reaseguros es poco conocido en nuestro país. ¿Qué volumen de asuntos puede haber en un año? ¿Cuál es el retrato robot de la disputa?
El área de negocio ya estaba operativa en Eversheds International desde hace año; lo que se ha hecho con mi incorporación es dotar a la Firma de una mayor seguridad en determinadas operaciones. A raíz de ese esfuerzo, este departamento ha visto como se ha incrementado el número de disputas en los llamados seguros de gama alta y disputas de reaseguros, por lo que hemos experimentado un crecimiento tanto en volumen como en personal de un 25 por ciento durante los últimos seis meses. Sirvan como ejemplo de esta actividad nuestra defensa de destacados corredores de seguros como Aon, JLT, Lockton y Miller.
Hablamos de disputas con volumen de negocio alto, por encima de los 500.000 dólares donde, en muchos casos, el problema se encuentra en la información que da el broker, menos completa de lo que debería ser, lo que puede generar un riesgo para las partes.
¿Cómo se implanta el arbitraje a nivel de seguros en Eversheds? ¿Son partidarias las aseguradoras de acudir al arbitraje en estos conflictos?
La implantación es una consecuencia de mi incorporación a ARIAS como árbitro. Eversheds se dio cuenta de mi capacidad y del potencial que había, y así hemos ido desarrollando los métodos extrajudiciales en esta área de negocio. Por ponerle un ejemplo, en la Corte de Arbitraje de Londres hemos llevado diez casos este pasado año.
En concreto, el servicio que damos es informar al cliente de la existencia de este procedimiento alternativo al judicial, y luego brindamos nuestro soporte en el mismo de cara a defender sus intereses. Queremos tener el mismo prestigio que tienen nuestros compañeros de corporate o litigios, por ponerle un ejemplo. Esto nos hará posicionaros como una de las firmas jurídicas líderes en arbitraje de seguros y reaseguros y, gracias al nombramiento y a la relación que tenemos con nuestro despacho de Londres, podemos lograrlo; podemos dar a los clientes el servicio que demandan.
Sectorialmente, el arbitraje evoluciona de forma favorable en España, impulsado por el éxito de este sistema en otros ámbitos, en los que las empresas confían en la independencia del árbitro, algo que resulta imprescindible. En este sentido, son las aseguradoras multinacionales quienes más uso hacen del arbitraje, pero agentes mediadores o brókers también pueden utilizarlo. Su uso es una cuestión cultural y de comprobar las ventajas de este procedimiento en cuanto a costes y tiempo, pero creo que, aunque en nuestro país el arbitraje de seguros y reaseguros no es tan habitual como en los países anglosajones, la situación de crisis actual acabará haciendo que veamos un uso mayor de los procedimientos arbitrales, sobre todo en lo relacionado con los recobros de las reaseguradoras.
En España se han creado Cortes de Arbitraje en el sector de la franquicia o en el campo tecnológico; ¿qué hace falta para desarrollar una institución en la actividad aseguradora de nuestro país?
Es evidente que el mundo anglosajón en estos temas nos lleva cierta ventaja. De alguna forma y, conociendo nuestra idiosincrasia, deberíamos ver qué podemos adaptar de aquella forma del derecho al modelo arbitral hispano. Le pongo un ejemplo: la Ley de Mediación española es muy parecida a la inglesa. El modelo de funcionamiento de las cortes arbitrales de Londres y Nueva York es parecido al nuestro, pero claro, hablamos de ordenamientos jurídicos diferentes, como son el anglosajón y el continental, que aglutina a países como el nuestro.
La evolución del arbitraje en el sector asegurador puede tener su desarrollo si se piensa en él como método previo de negociación de disputas entre aseguradoras. Pero, para que se produzca esta evolución o desarrollo, es imprescindible que los miembros de una futura corte arbitral tengan la experiencia y los conocimientos suficientes para dirimir los asuntos que lleguen. Ambos factores son necesarios tanto para el correcto funcionamiento de dicha institución como para fomentar la confianza de aseguradoras y reaseguradoras en dicha corte.
Hay mucho por hacer y se necesitan profesionales adecuados para solventar las disputas que surjan pero, como ya he comentado, se trata de un nicho de mercado muy interesante para cualquier despacho de abogados. También es cierto que creo que una proliferación de cortes arbitrales en esta área, como se ha producido en otras, sería perjudicial: demasiadas instituciones despistan al empresario y no generan la confianza que debe prevalecer en estos procedimientos.
¿Cree posible que Madrid se convierta en capital internacional del arbitraje? ¿Qué habría que hacer en ese caso?
No sólo lo creo posible, sino que veo necesario que una ciudad como Madrid, que cuenta con tantos recursos, se erija como centro de arbitraje nacional e internacional, precisamente para evitar esa proliferación excesiva de la que he hablado. Sobre todo lo veo aplicable para aquellos conflictos que ahora se dirimen o que tienen como protagonistas a empresas de Latinoamérica o a las disputas en esa región, porque sus reglamentaciones son similares a la nuestra, por no mencionar que empleamos el mismo idioma. Es evidente que el esfuerzo que está haciendo la Comunidad de Madrid para la promoción de nuestra ciudad como centro de negocios para inversores extranjeros es bastante importante, y habría que aprovecharla. Lo fundamental es que las cortes de arbitraje con mayor proyección, así como sus árbitros de mayor prestigio, potencien su actividad y se abran al exterior. Es el caso de la Corte Civil y Mercantil de Arbitraje (CIMA), organismo creado desde la abogacía del Estado y que cuenta con notables profesionales de indudable valía.
¿Cuál es la estructura del área de arbitraje en su despacho y qué tipología de clientes demandan sus servicios?
Nuestro despacho tiene un Departamento de Litigios y Arbitraje bastante consolidado dirigido por Kiko Carrión y que cuenta con otros letrados destacados como León Barriola y Antonio Bravo. A estos compañeros hay que añadir otros profesionales que son árbitros potenciales y que se han incorporado recientemente al Despacho, como es el caso del abogado del Estado, Ignacio Zurdo.
Respecto a los clientes que han demandado nuestros servicios, los hay nacionales e internacionales, con volúmenes de negocio muy importantes, que pretenden beneficiarse de la celeridad del proceso y de la independencia y buen hacer de los árbitros.
Como socio de un despacho que ha apostado por el arbitraje, ¿cuál es la clave a la hora de ganarse la confianza de sus clientes? ¿Qué rasgos deben definir a un buen árbitro?
Sobre todo que el cliente vea que dominas la materia, su ordenamiento jurídico y que eres un profesional independiente, una cualidad indispensable para un árbitro de cualquier campo. En cuanto a los rasgos, creo que un buen árbitro debe ser, en primer lugar y lógicamente, independiente; en segundo lugar, conocedor del negocio subyacente del cliente para comprender bien el conflicto; y, tercero, debe contar con amplia experiencia, conocimientos suficientes y sentido común.
Por último, denos su opinión sobre el problema de la Justicia en España y una forma de resolverlo.
Se trata de un problema estructural que requiere medios y recursos suficientes. En la calle domina la idea de que la justicia es lenta, pero ya están realizándose esfuerzos para desterrar esa percepción, precisamente con medios y recursos. Otro problema que detecta la sociedad es que hay una falta de independencia entre nuestros jueces, y para terminar con esa idea es fundamental demostrar que Montesquieu no “ha muerto”, y que, por tanto, tampoco lo ha hecho su división de poderes.
Os dejo comentarios sobre este abogado. Podéis verlo haciendo click en el enlace que se acompaña.
Atentamente