DesDesde que comencé a ejercer en 2004 las cosas han cambiado mucho y a muchos niveles. Nuestra profesión, nuestra labor como abogados y la gran  cantidad de oferta de profesionales ha evolucionado tanto que resulta imprescindible especializarse para que nuestros clientes sepan que hacemos y en que somos expertos, un camino que yo, abogada de familia de vocación, inicié hace casi 20 años con el objetivo de ayudar a mis clientes dando voz a los papás que llevaban años reivindicando un sistema de gestión familiar más paritario, ayudando a dar respuesta a todas sus necesidades de forma integral.

Y es que tan solo hace unos años, no más de cinco o seis, no penséis que tantos, un padre que se sentaba en mi  despacho y me decía: “Bea, quiero la custodia de mis hijos, y si no me la dan, quiero luchar por una custodia compartida” tenía que estar preparado para hacerse un gran “chichón”. Si, si, como esos que te haces de pequeño en la frente cuando te caes de bruces contra el suelo, pero en esta materia el suelo eran las mentes de todos aquellos jueces, fiscales, magistrados, abogados, policías…etc para los que los términos “custodia compartida” o “custodia paterna” era una gran chorrada.

Cuando me preguntan porque nuestro despacho ABOGALEON “divorcios hechos para hombres” está especializado en la defensa de los hombres en procesos de ruptura siendo yo mujer, siempre digo lo mismo:

“Cuando comencé con temas de familia mis clientes necesitaban a alguien que les entendiese, alguien que les acompañase y que les diese voz, aunque la sentencia no les diese la razón. Necesitaban sentir que alguien les entendía, y yo empaticé con esa necesidad. Ellos me pedían ayuda para que en el Juzgado se valorase su postura, exponer lo que ellos suponían para sus hijos y dejar claro que se negaban a ser padres de fin de semana, y a mi me resultaba imposible no defender ese lado realmente paternal ante la realidad de que solo se les valoraba por la pensión que tendían que pagar a sus hijos.”

El “chichón” dolía menos para mis clientes si todo este proceso lo hacíamos juntos, así que valorábamos  minuciosamente la situación para acreditar, entre otras cosas, sus habilidades parentales, el pasado de estos padres
implicados, su dedicación a los hijos, su disponibilidad, aportábamos amigos y vecinos para pedir que no se relegase a estos padres al olvido de sus hijos y, a pesar de que con ese desgaste las sentencias que acordaban custodias compartidas eran totalmente residuales, cada una de las que se conseguían en nuestro país sirvieron, poco a poco, para remover mentes y empezaron a dar sus frutos hasta que, por fin, el Tribunal Supremo comenzó su desescalada hacia un sistema deseable, factible y posible: ¡¡la custodia compartida era un hecho!! y yo me había convertido en una experta en dar a mis clientes un servicio integral desde todas las esferas del proceso.

La defensa de los hombres en procesos de ruptura sentimental que se hace en ABOGALEON va mucho más allá de lo jurídico, es integral. En nuestro trabajo está la parte técnica, claro, tanto en las demandas, como en las negociones, pero también están las habilidades para que nuestros clientes se sientan escuchados, acompañados, comprendidos y parte de su propio proceso, colaborando y siendo realistas en lo que pedimos para que pueda llevarse a cabo a fututo, apartándonos de los formalismos y evitando que las medidas de cada familia parezcan negociadas en un mercadillo, más que en una vista en la que se debate el futuro de sus hijos.

Y eso es lo que yo hago en mi despacho para todos esos clientes que deciden depositar su confianza en mí. Les ayudo a responsabilizarse de su futuro, valorando posibles opciones, su realidad práctica y jurisprudencial desde la perspectiva de sus hijos y sus necesidades, haciéndoles conscientes de que su futuro es suyo y que los fuegos que se enciendan tienen que merecer la pena porque cuando nuestro trabajo como abogados, jueces, fiscales, procuradores y profesionales del derecho desaparece, quedan ellos y las cicatrices de sus quemaduras, por lo que nuestro trabajo tiene que valorar y sopesar los riesgos de cada decisión.

Así que, si estás leyendo esto y eres de los que lucharon en las barricadas para que todo evolucionase, si eres de los  que sufrieron “acepta que la custodia se la quede la madre, a ti no te la van a dar”, a ti queremos decirte:

¡GRACIAS! Sin ti hoy no hubiera habido cambio, por eso revisa tu sentencia, tu convenio, hazlo si realmente piensas que es bueno para tus hijos, que quieres otra cosa y hazlo ya ¡es tu momento!

Si te acercas a esta lectura porque estás en plena crisis y tienes dudas de cómo afrontar el futuro, que hacer, piensa en lo que realmente quieres y es mejor para el futuro de tus hijos, y si la respuesta es que no concibes tu vida sin formar parte activa de la suya, pues el planteamiento es claro: busca un abogado que, como yo, te acompañe en tu proceso; busca conexión y confianza para este camino y se selectivo, porque no vale cualquier profesional si lo que
quieres es asesoramiento integral.

Y si lees esto siendo abogado y nuestras palabras no te resuenan, pues a otra cosa, pero si compartes conmigo mi especial visión sobre que la especialización es la luz que hará que tus clientes te vean, dale al interruptor, localiza tu don, revisa lo que hacen los compañeros que se decidan a eso que a ti se te da fabuloso y busca la forma de díselo al mundo ¡hay muchos clientes que te necesitan, pero aún no saben que estás ahí!


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