La presencia en el mercado internacional obliga a las empresas a adaptar su sistema de gestión a normativas y leyes específicas.

El emprendimiento de proyectos con vocación internacional cada vez está más asentado. Desde luego, a eso han ayudado mucho los avances tecnológicos y la interconexión logística de los países y continentes, a través de corredores comerciales altamente cualificados. 

Por supuesto, la gestión de ese tipo de compañías es más compleja que la que se lleva a cabo dentro de un territorio nacional en concreto, pues el hecho de operar en un mercado global la obliga a cumplir una serie de requisitos legales y fiscales

Es evidente que el mercantilismo internacional está regulado tanto por los países como por los organismos globales. Después, hay que tener muy en cuenta que, según las regiones del mundo en las que se operen, habrá que cumplir con unos u otros preceptos legales. Lo que es evidente es que toda empresa que se aventure en ese mercado mundial debe tener un asesoramiento fiscal integral y adecuado para evitar sanciones o contratiempos con el fisco. 

De igual modo que ha crecido la operativa y la logística internacional, también lo han hecho los sistemas de controles. Por eso, los países establecen ciertos criterios estandarizados, pero otros también son particulares. En este sentido, hay que buscar las bilateralidades que tienen los estados, los canales de comercialización que existen entre ellos y las obligaciones que se deben cumplir. 

En todo caso, un buen abogado fiscal ayuda a las empresas a cumplir con los plazos de entrega de documentación, de liquidación de tasas e impuestos, así como también ofrece una asesoría pormenorizada de toda la legislación que se les aplica. Gracias al trabajo de estos profesionales las empresas operan con garantías y sabiendo en todo momento, que están optimizando sus recursos. 

Desde luego, la fiscalidad internacional es muy compleja. Por eso, es mucho más conveniente externalizar este tipo de asesoría; por un lado, aliviará económicamente a las empresas de tener un departamento exclusivo para ello, cuando hay momentos en los que no se precisa su labor. En ese sentido, si se contrata el servicio de un asesor fiscal éste cobrará, solo por los servicios prestados. Por otro lado, no tendrá que mantener una estructura, ni un espacio, ni herramientas para que un equipo propio gestione, pues todo eso lo aportará la propia agencia asesora. 

¿En qué ayudan los asesores fiscales internacionales?

Como se ha venido señalando, la globalización a la hora de transportar mercancía, de trabajar fuera de las fronteras en las que se produce y abrir campo en otras regiones del mundo para aumentar los intereses económicos es una labor en la que continuamente están trabajando las empresas. 

Razones, todas, para pensar en que el asesoramiento fiscal internacional se hace necesario, porque hay que seguir las reglas del juego, la legalidad y potenciar competencias leales. Gracias a que las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, así como las plataformas logísticas y de transporte se han optimizado al máximo, en las dos últimas décadas, es cada vez más habitual que las empresas vendan a nivel global. Por eso, los equipos juristas también se han formado al respecto. 

Servicios más habituales de la fiscalidad internacional

Dentro de la cartera de servicio de asesoramiento fiscal que una agencia puede ofrecer a sus clientes hay cuatro que son esenciales. A continuación se van a describir cada uno de ellos para que las empresas y emprendedores conozcan, de primera mano, qué asesoría tienen al alcance, en caso de precisarla: 

  • Ayudan a detectar oportunidades de crecimiento asumiendo los menos riesgos posibles o avisando sobre los mismos con tiempo para tomar las mejores decisiones al respecto. 
  • Trabajan la eficiencia fiscal. En esta labor lo que pretenden evitar son dualidades o cobros incompatibles de impuestos y tasas. 
  • Ayudan a situar al empresario en las operativas internacionales tanto legales, como de facturación, inversión…
  • Ayudan a cumplir con el fisco tanto de los Impuestos sobre la Renta de No Residentes, así como de los Convenios de Doble Imposición.

En cualquier caso, darán tranquilidad a la gestión empresarial y optimizarán, al máximo, el rendimiento económico de las compañías globales. .

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