Por Sara García Sánchez, abogada de Information Technology de Ecija

 Varias prominentes empresas de Internet, tales como LinkedIn, Groupon, Zynga o Pandora Internet Radio, que salieron a bolsa en 2011, han visto caer sus acciones por debajo de su precio de oferta pública de venta (OPV) y estancarse a esos niveles. Pese a ello, incluso los inversores más avezados no pueden resistirse a la compra de acciones de este tipo de empresas, especialmente tratándose de las denominadas consumer-internet companies.

 En este sentido, el ejemplo más paradigmático con que nos hemos encontrado recientemente es el del gigante Facebook. En efecto, el pasado 18 de mayo fuimos testigos de primera mano de la espectacular salida a bolsa de la mayor red social a nivel mundial. Hasta esa fecha muchas habían sido las voces de expertos que alertaban acerca de la sobrevaloración de la compañía y, por ende, del elevado riesgo de depreciación de la misma tras su salida a bolsa.

Los primeros resultados no se han hecho esperar, confirmando así los peores temores del sector: 157 millones de dólares en pérdidas ha registrado Facebook en el segundo trimestre del año, frente a los 240 millones de dólares en ganancias obtenidas en el mismo período en 2011. El precio de las acciones cayó más de un 10 por ciento a las pocas horas de su salida a bolsa, por debajo de 24 dólares, una caída record que implicó pérdidas del 8,5 por ciento a lo largo del día.

Ante esta situación, y pese al constante crecimiento de Facebook, la desconfianza de los mercados e inversores se ha impuesto, no ya sólo motivada por estos funestos resultados, sino por la absoluta falta de certeza acerca de la rentabilidad a largo plazo de este tipo de modelos de negocio.

Es evidente que Facebook juega en una liga diferente y superior a la de empresas como Groupon o Zynga. La cantidad de información y datos de usuarios a nivel mundial que maneja Facebook, así como los atractivos números que ésta presenta, superan con creces los de cualquier otra empresa de Internet. Sin embargo, las fuentes de ingresos de Facebook no reportan mayor seguridad que las de cualquier otra compañía del sector.

En efecto, la principal vía de Facebook para monetizar el tráfico de sus usuarios es la publicidad. Tan es así, que más del 80 por ciento de sus ingresos provienen de los anuncios alojados en la red social. No obstante, muchos son los factores que hacen dudar de la efectividad de tales anuncios, especialmente a través del acceso a la plataforma por medio de dispositivos móviles debido a las reducidas dimensiones que éstos presentan.

Asimismo, la caída de Zynga en bolsa, como principal proveedor de juegos en línea a través de esta red social y, por tanto, como otro de los mayores flujos de entrada de dinero en Facebook, ha contribuido al incremento de la incertidumbre imperante. No en vano, Facebook obtuvo en 2011 más de 400 millones de dólares procedentes de los juegos alojados en la plataforma, principalmente desarrollados por Zynga.

Efectivamente, juegos como FarmVille, CityVille, Empires & Allies o CastleVille fueron algunos de los ya célebres ejemplos del triunfo social de Zynga. Sin embargo, como todas las modas, los juegos creados por Zynga, tras un cierto período de esplendor, han perdido su carácter novedoso y singular. Zynga debe reinventarse para atender la demanda de un sector que no perdona la falta de originalidad y de capacidad para sorprender y atraer al público.

Todo lo anterior, sumado al hecho de que el ínclito fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, no se ha pronunciado respecto a los planes de crecimiento de la compañía ni a las líneas de negocio proyectadas, convierten la experiencia de Facebook en el mercado bursátil en una iniciativa ambiciosa, pero avocada al fracaso.

No obstante, y pese a este desalentador panorama, lo cierto es que el crecimiento de Facebook es incesante. En el mismo trimestre de su salida a bolsa, Facebook ha obtenido un 32 por ciento más de ganancias que el año anterior, hasta alcanzar la cantidad de 1.180 millones de dólares, lo que ha superado todas las previsiones. De igual forma, esta red social ha experimentado un incremento del 29 por ciento en el número de usuarios registrados al mes.

Aún tendremos que esperar un tiempo para comprobar el resultado final de la aventura bursátil de Facebook. Lo que resulta claro es que, pese a que Facebook no ha desvelado sus perspectivas de evolución, la innovación tecnológica estará presente como estrategia de futuro, sobre todo de cara a una mayor penetración en los mercados de China o India, e incluso de Rusia; así como a la potenciación de la red en todo tipo de dispositivos móviles, los cuales constituyen el indudable futuro de las redes sociales y, por supuesto, de Facebook.

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