La decisión del Tribunal de Justicia de la UE es coherente con lo manifestado en la jurisprudencia nacional: la salida a bolsa de Bankia se hizo sin la debida transparencia y la información facilitada en el folleto de la OPV no respondía a la imagen fiel de la situación económico-financiera de la entidad, como se evidenció poco después.

Esa falta de transparencia no sólo afectó a los minoritarios sino también a los inversores institucionales, que tampoco tuvieron acceso a la realidad de Bankia. Nadie tiene instrumentos para conocer la realidad de los fallidos y de los activos tóxicos si no está dentro. Si además, las auditorías estaban ‘apañadas’, la posibilidad de conocer la realidad económico-financiera de la entidad era cero.

Es verdad que -como argumenta Bankia- Banco de España y CNMV también tienen su cuota de responsabilidad ‘in vigilando’. Pero como recordó Luxemburgo en su sentencia de 19 de diciembre de 2013, “las entidades son responsables de la información que facilitan”. También señaló que “los controles no eximen su responsabilidad”. Sería tanto como considerar responsable a Consumo por una mercancía averiada comercializada por una empresa.

Por eso aplaudimos la decisión de Luxemburgo que permitirá que también los institucionales puedan resarcirse del fiasco que supuso la salida a bolsa de Bankia. Así lo resolvió en su día la Audiencia Nacional y así se lo ha aclarado ahora Luxemburgo al Supremo. Una nueva contingencia que deberá de afrontar ahora la nueva Caixabank”.

Fuente: Navas Cusí

 

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