El socio de Sagardoy Abogados Eduardo Gómez de Enterría dijo que “es más difícil modificar las condiciones laborales de un trabajador que aplicar un expediente de extinción de empleo».
Esta dificultad que impide, en la mayoría de los casos, aplicar medidas alternativas al expediente de regulación de empleo (ERE), interpretó durante su participación en las jornadas laborales de la empresa de recursos humanos Randstad.
Gómez de Enterría sugirió una serie de soluciones contra el ERE. La más aceptada: la novación de empleo estable. Ésta supone que el empleado extinga una parte del contrato y pase a trabajar con un recorte de jornada y salarial, percibiendo hasta el 75% de los ingresos.
Y se establece un plazo de cuatro años para recuperar la jornada completa, que en la práctica no se recobra, según el experto. Aunque sí el cien por cien del salario.
Esta medida ha tenido buena acogida en el sector seguros y en mujeres con hijos, indicó el socio de la firma.
La otra solución que «intentan aplicar» es la recolocación diferida. Es decir, aquella en la que el trabajador termina su contrato de trabajo y cobra un 40% de la indemnización (que va a un depósito de garantía) en un período de tres años. Contempla, asimismo, un compromiso de recolocación por parte de la empresa una vez terminado el plazo.
Gómez de Enterría explicó que si al término de los tres años el trabajador decide irse de la empresa cobra toda la indemnización. Pero si la empresa le ofrece un puesto y lo rechaza, puede recibir la compensación pero con penalización. Si acepta, puede cobrar todo su dinero, pero pierde la antiguedad. O bien mantenerla, pero devolviendo una parte de la indemnización.
El socio de Sagardoy consideró necesario que se produzca «un cambio de mentalidad» para que se puedan poner en marcha estas alternativas. «Las de movilidad geográfica y de cambio en las condiciones laborales son más difíciles de aplicar», consignó Cinco Dias.
