De los 204 jueces de 64ª promoción de la Escuela Judicial ninguno ha obtenido un destino judicial propiamente y actuarán como jueces de apoyo de los Jueces de Adscripción Territorial. Estos son jueces adscritos a un área que cubren las necesidades puntuales que se plantean. Su situación, sin un destino fijo, debería ser excepcional porque no permite respetar el principio de inamovilidad de los magistrados, consagrado en la Constitución y en la Ley del Poder Judicial. Pero la situación de las nuevas promociones de jueces «está convirtiendo lo excepcional en la regla», según denuncia Joaquim Bosch, magistrado y portavoz de Jueces por la Democracia. «El sentido de mantener la inamovilidad del juez es que pueda actuar con independencia y sin ser sometido a presiones, y eso requiere estabilidad», explica Bosch.

La 64ª promoción en la entrega de los despachos
La 64ª promoción en la entrega de los despachos

La situación de esta promoción se acumula a la de 2013 y la del 2012, cuando 195 y 40 jueces, respectivamente, obtuvieron plazas de refuerzo. El Estado no crea nuevos destinos porque aunque debe pagar a estos jueces aunque no actúen como titulares, se ahorra el coste de una oficina judicial, que requiere personal y recursos. Cristina Martín Donaire, de la 64ª promoción es una de las afectadas por esta circunstancia: «No queremos estar así pero somos conscientes de la situación y nos conformamos».

Según Martín se trata de una situación «provisional» aunque no saben cuanto tiempo se prolongará. «Contamos con que estaremos así unos dos años, por lo que nos han dicho se irán creando plazas de jueces de instancia», explica. Pero Bosch asegura que «estos nuevos jueces no tienen expectativa de tener un destino a corto plazo, con todas las dificultades personales y familiares que eso supone»

Las asociaciones de magistrados Jueces por la Democracia, Foro Judicial Independiente y la Asociación Francisco de Vitoria Marcelino Sexmero e Ignacio de Torres ya reclamaron el mes pasado al CGPJ que presione al Ministerio de Justicia para que cree plazas. Una de las preocupaciones es el ratio de juez por habitante del país, lejos de la media europea. «Es muy criticable que en un contexto de sobrecarga importante del ámbito judicial estos nuevos jueces no tengan un destino porque no puede aprovechar al máximo sus posibilidades ahora que hay tanta necesidad», denuncia Bosch.

Cristina Martín en cambio se arma de paciencia: «No es una situación ideal pero nos conformamos». 

Esta situación no tiene precedentes. Aunque la totalidad de la promoción del 2004 también tomó posesión en calidad de “Jueces Adjuntos”, lo hicieron antes de la profesionalización de los jueces sustitutos, es decir para reforzar la actividad de jueces titulares y además, con perspectivas de obtener plazas.

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