La Secretaría de Educación Pública fue exhortada que diseñe programas de educación nutricional contra obesidad y desnutrición.

El Senado de la República solicitó al titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, para que diagnostique falencias y diseñe en consecuencia planes y programas enfocados a al educación nutricional.

Dichos planes son pensados para aplicarlos en todo el sistema de educación básica, con el objetivo a corto y mediano plazo de erradicar la epidemia de obesidad y desnutrición que afecta al país.

También se le planteó la necesidad de que, de acuerdo con la disponibilidad de recursos presupuestales, se lleven a cabo campañas de comunicación en las que difunda los efectos de la obesidad y la desnutrición en la salud de niñas, niños y adolescentes, así como las bases de una alimentación sana.

El senador Joel Padilla Peña, perteneciente al PT, presentó el dictamen en nombre de la Comisión de Educación, y expuso la urgida necesidad de fomentar buenos hábitos alimenticios en los alumnos que transitan la educación básica, “en razón de los beneficios en el corto y mediano plazo”.

El dictamen mencionado señala que  el 32.4 por ciento de la población mexicana sufre de obesidad, y se estima que ascenderá a 39 por ciento en 2030. Asimismo resalta que México tiene dos problemas relacionados con la nutrición: obesidad en el norte y desnutrición en el sur.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la obesidad y al sobrepeso como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial ha ocurrido lo siguiente: aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa; y descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.

A menudo los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física son consecuencia de cambios socioambientales asociados al desarrollo y de la falta de políticas de apoyo en sectores como la salud; la agricultura; el transporte; la planificación urbana; el medio ambiente; el procesamiento, distribución y comercialización de alimentos, y la educación.

Por el contrario, cuando pensamos en la desnutrición, lo primero que nos viene a la cabeza es la falta de alimentos y el hambre. Sin embargo, Unicef, explica que la desnutrición, es el resultado de un proceso más complejo.

Un niño que sufre desnutrición puede haber ingerido una cantidad suficiente de alimentos como para no pasar hambre, pero lo que ha ingerido no tenía los nutrientes necesarios para su desarrollo. No obstante, la desnutrición no se reduce exclusivamente a una cuestión de alimentación. En el origen de la desnutrición se incluyen factores sociales, económicos y políticos como la pobreza, la desigualdad o la falta de educación.

Por  todo ello es que emerge en México la alerta para aumentar los esfuerzos en promover una dieta saludable y equilibrada en todos los grupos de edad, con especial atención en niños, niñas y adolescentes.

Fuente: Cámara de Senadores, México

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