Toda a tierra expropiada al narcotráfico pasará al campesinado estará acompañada de crédito barato y asistencia técnica para producir alimentos.

Así lo ordenó Gustavo Petro, durante la entrega a 200 familias de Ciénaga de Oro de dos fincas, de 1.641 hectáreas, en donde establecerán proyectos productivos para mejorar su calidad de vida y avanzar en la reforma agraria.

El mandatario advirtió que “no puede haber una sola repartición de tierra a campesinos que no vaya acompañada de crédito y de ayuda para la producción, porque si no, entregamos tierra pelada, y la tierra pelada no produce riqueza”.

“Es un crimen contra la humanidad tener tierra fértil sin producir, mientras miles de niños y niñas aguantan hambre. La reforma agraria integral del Gobierno del Cambio”, subrayó el presidente, “es repartir la tierra para que tenga una función social: producir la comida para el pueblo y para la humanidad”.

Para lograrlo, explicó, “lo vamos a hacer pacíficamente, de acuerdo con los terratenientes de Colombia y sus voceros”.

“Ese es el Acuerdo Nacional del que yo estoy hablando. Lo vamos a hacer bailando. Ojalá salgan las composiciones, los porros y las cumbias y las gaitas, que nos permitan cantar cómo la tierra en Colombia empieza a hacer el sustento de una nueva realidad y de una nueva sociedad”, precisó.

Los narcotraficantes no se han dado cuenta de que con la llegada de su gobierno “hay otra realidad en Colombia”, y por eso amenazaron a los funcionarios de la SAE que trasladaban la propiedad de esas haciendas al campesinado, “con la intención de repetir las noches negras de hace unas décadas”.

“Hoy hay un gobierno, un Ejército y una Policía que, a diferencia del pasado, van a cuidar al hombre y a la mujer humilde campesina y a sus niños y a sus niñas”, advirtió a quienes profieren estas amenazas.

El presidente señaló que los narcotraficantes hoy tienen otra opción: “Se hará una ley de la reconciliación nacional para que todos aquellos que hayan estado incursos en ilicitud, en la violencia, puedan tener un camino y un vivir en esta nación colombiana, una vez se deje de la mente, del cerebro, la idea de matar al compatriota, la idea de quitar y despojar al compatriota humilde”.

El actual gobierno avanza en la reforma agraria no quitándoles la tierra, sino comprándosela con dineros públicos para darle al campesinado la posibilidad de producir alimentos y, a la vez, mejorar su calidad de vida y la de sus familias.

“A los hacendados de Córdoba les decimos que queremos que sean más ricos, pero la riqueza no consiste en tener más y más tierra acaparada sin poderla hacer producir, sino en tener lo suficiente para hacerla producir, para ser grandes ganaderos, grandes productores de carne y de leche”, dijo.

“Si el campesinado de Ciénaga de Oro puede producir maíz, yuca, ñame, caña para la panela con coco y la yuca para el cazabe, entonces este pueblo podrá ser más rico”, indicó.

El jefe de Estado solicitó a la Alcaldía de Ciénaga de Oro establecer un impuesto predial a “todo aquel que tenga más de 500 hectáreas y no produzca ni una mata de yuca”.

El dinero sería para financiar la educación para los campesinos de este municipio de Córdoba, porque el propósito del gobierno es entregar tierra a los campesinos, pero también ofrecerles crédito barato, maquinaria, asistencia técnica, comercialización, educación y salud.

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