El Tribunal Arbitral de Barcelona (TAB) inaugura nueva sede en la calle Valencia 264 (4a planta) de Barcelona tras 10 años en la calle Pau Claris 165. Según la institución, las nuevas instalaciones aportan mayor funcionalidad a las actividades y al día a día de los profesionales del TAB con dos salas de vistas independientes que permiten realizar dos procesos arbitrales a la vez. Estas salas serán polivalentes a partir de inicios del 2014, se usarán para realizar cursos de formación destinados a juristas para ser árbitros o abogados defensores de las partes.
La elección de la nueva sede va en consonancia con la apuesta de futuro del TAB, que pasa por adaptar su servicio a las pequeñas y medianas empresas. Según Jesús de Alfonso, “el arbitraje no puede dar la espalda al 98,9% de las empresas españolas, que son pymes”. Se trata de establecer un procedimiento mucho más simplificado y con unos costes más racionales para facilitar la resolución rápida de conflictos.
El Tribunal Arbitral de Barcelona (TAB) se fundó formalmente en 1.989 al amparo de las previsiones de la Ley de Arbitraje de 1.988 a pesar de que durante las discusiones parlamentarias de la referida ley un grupo de juristas ya tomaron la decisión de fundarlo con la intención específica de intervenir activamente prestando servicios en el ámbito de los conflictos mediante el arbitraje o cualquier otra institución similar como la conciliación. Esta iniciativa fue respaldada inicialmente por instituciones como el Consejo de los Ilustres Colegios de Abogados de Cataluña, el Ilustre Colegio de Abogados de Barcelona, la Cámara de Comercio de Barcelona y el Colegio Notarial de Cataluña. En junio de 2009 se sumó el Decanato Autonómico de Registradores Mercantiles y de la Propiedad de Cataluña.
Según avanzó a Diario Jurídico el Presidente de la institución, Jesús de Alfonso, los esfuerzos del TAB para los próximos años irán dirigidos a facilitar que las Pymes resuelvan cada vez más sus conflictos mediante este método alternativo a la vía judicial. Por ello se promoverá un procedimiento más simplificado, todavía más rápido y con costes más racionales. El nuevo reglamento de la institución también reducirá ligeramente la experiencia mínima necesaria para poder ejercer de árbitro en esta institución -actualmente cifrada en 15 años- y posibilitará que puedan designarse medidas cautelares dentro del proceso arbitral.
Otra apuesta del TAB es apoyar la candidatura de Barcelona como ciudad para acoger el Tribunal de Arbitraje Mediterráneo, una corte que se creará a propuesta del organismo internacional Unión por el Mediterráneo.