Eduard SagarraPor Eduard Sagarra Trias, socio en Roca Junyent, presidente de ANUE y profesor de ESADE

Ha aparecido, recientemente, una nueva categoría de ciudadanos en España: “los españoles sin papeles”.

Se trata de un gran colectivo, más de cuatrocientas mil personas, que hasta hace menos de un año eran extranjeros residentes “con papeles” y que durante el último año se les ha culminado la tramitación de su expediente y han obtenido la nacionalidad española por residencia. La peculiaridad de este estatus es que aún no tienen inscrita su nueva nacionalidad española en el Registro Civil correspondiente. Al no estar debidamente inscritos en dichos registros como españoles, no se les puede expedir un certificado de su condición de españoles por las autoridades españolas y, consecuentemente, no pueden obtener el DNI español ni el pasaporte español.

Algunos de ellos, por imperio del Código Civil, han tenido que renunciar a su nacionalidad anterior, lo que, en teoría, imposibilitaría que utilizaran la documentación del país de origen del que, voluntariamente, ya no son nacionales. Una excepción serian los iberoamericanos, portugueses, filipinos, andorranos y nacionales de Guinea Ecuatorial que pueden tener doble nacionalidad legal y convencional de acuerdo con la legislación española.

Este colectivo supera a día de hoy las cuatrocientas mil personas y puede aumentar a más de 700.000 ya que se incrementa de forma vertiginosa desde junio 2012, cuando se autorizó a que los registradores de la propiedad, mercantiles y de bienes muebles y recientemente a los notarios de toda España para que intervengan y sean competentes en la tramitación de los expedientes y juramento de fidelidad en las peticiones de nacionalidad por residencia. Su intervención ha agilizado el proceso que “escandalosamente” estaba encallado por saturación en los Registros civiles y por la falta de personal en los mismos.

El facilitar el trámite administrativo, con la intervención de registradores y notarios, ha sido eficaz pero ha causado un embotellamiento de expedientes en los registros civiles de tal magnitud que puede decirse que estos nuevos españoles están en “un limbo” pues no pueden acreditar su nueva condición de nacionales y por lo tanto no tienen “los papeles en regla” para poder moverse por España en su nueva condición de españoles, ni ejercer sus derechos políticos, ni tener y utilizar el pasaporte al que tienen derecho.

Se trata de “españoles sin papeles” o en terminología mas al uso “españoles irregulares en España”. Es imprescindible que se agilicen y doten de medios técnicos y humanos al Registro Civil para evitar esta paradoja incompatible con el Estado de derecho y en la era telemática de 2013.

3 Comentarios

  1. Hola Elche,
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  2. Surge también otro problema, no menos importante: si esos extranjeros que adquieren la nacionalidad española estaban casados en sus países de origen y en su día reagruparon a sus cónyuges, para que a sus cónyuges, en el caso de que todavía fueran extranjeros, les pueda ser de aplicación el régimen comunitario, se torna necesario que se practique la inscripción en el Registro Civil. Pero, hasta tanto, esas personas también estarán en el limbo, por cuanto:

    A) Al extinguirse la autorización de residencia del reagrupante, por dejar de ser extranjero al adquirir la nacionalidad española, también se extinguen las autorizaciones de residencia dependientes de ella.

    B) Para poderles aplicar el régimen comunitario, se hace necesario un procedimiento para el que resulta competente el Registro Civil Central, que no lo va a despachar inmediatamente.

    C) Hasta tanto, esas personas se hallarán en España con una autorización extinguida y sin posibilidad alguna de que les sea expedida la tarjeta de residencia como familiar de ciudadano de la Unión, hasta tanto no se practique la inscripción de los respectivos matrimonios en el Registro Civil de España.

    Debe por tanto, tomarse nota de esta situación y procurar buscarle una solución cuanto antes, pues de no hacerlo, se perjudicará a la vida familiar de estas personas.

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