En febrero, las exportaciones cayeron en torno al 20 por ciento con respecto al mismo mes de 2008 en Francia y Alemania, los países más volcados al exterior en Europa.
Y se desploman en las llamadas fábricas del mundo: la exportación se hunde en China, con un retroceso del 25%, y en India, cuyas ventas al resto del mundo caen a un ritmo muy similar.
En Japón el descenso roza la catástrofe, el 50 por ciento.
Entre 1998 y 2008, con el PIB mundial avanzando a una velocidad de crucero del 3%, el comercio se expandía a casi un 6%. Ahora puede desplomarse 10 veces más aprisa que el PIB, a juzgar por las últimas estimaciones.
La última reunión del G-20, en Londres, otorgó al comercio un papel clave en la recuperación, con una inyección de 250.000 millones de dólares para reactivar los intercambios comerciales.
Y emitió una advertencia clara contra las tentaciones proteccionistas, que choca contra iniciativas como el Buy American (compre americano) de la Administración estadounidense, las ayudas al motor en Alemania, Francia o España y, en definitiva, las 47 medidas proteccionistas aprobadas por los Gobiernos del G-20 en los últimos meses y denunciadas por el Banco Mundial antes de la cumbre.