Hay tarjetas de crédito que tienen condiciones abusivas para los clientes, les hacen entrar en un bucle de intereses que es complicado solventar, sin embargo, es posible hacerlo ante la ley.
Los productos crediticios, las entidades bancarias y, sobre todo, las empresas prestamistas y financieras, en muchas ocasiones, ofrecen tarjetas que tienen unas cláusulas muy desconocidas para el usuario y cuyo uso puede reportar, a corto y medio plazo, una situación complicada de solvencia económica por el pago de intereses que llevan asociadas.
Este tipo de tarjetas suelen estar denominadas como tarjetas revolving. Este producto lo que permite es pagar productos, bienes o compras, con un límite de crédito y pagar a plazos esas compras. Sin embargo, cuando llevan asociadas cláusulas abusivas parece que esa deuda no termina de liquidarse y se hace interminable.
Ante esa situación, hay gabinetes jurídicos que ayudan a las personas que están siendo abusadas por las entidades con el objeto de resolver su situación. También, en esta misma línea, se van a especificar qué características se suelen dar respecto a las tarjetas revolving que resultan ser un fraude o que están imponiendo a sus clientes una situación financiera insostenible.
Lo más importante es darse cuenta del abuso financiero
Con el fin de actuar con la máxima diligencia posible, es necesario conocer qué situaciones o qué condiciones son las que pueden ayudar a detectar que se está siendo víctima de una tarjeta abusiva. Son, especialmente, cuatro:
- Una cuota fija: en las tarjetas de estas características se pagará un interés fijo mensual sin atender, estos, a la cantidad que se gaste, ese síntoma, desde luego, debe despertar alarmas y buscar la manera de reclamar tarjetas revolving.
- Cuando la deuda parece no tener fin: esa es una de las causas que más preocupan a los usuarios de estas tarjetas. Entrar en una dinámica en la que siempre se debe dinero lleva a un vínculo, muchas veces, indeseado por parte del cliente con la entidad financiera.
- Los intereses son inasumibles: por lo general, cuando se está siendo víctima de estas tarjetas se puede detectar al ver que se cobran unos intereses que están por encima de lo normal y que, en ningún caso, supone ventaja alguna.
- Aunque se pague a plazos existe un contrato indefinido: esta última cuestión debe levantar todas las sospechas y llevar al cliente, directamente, a reclamar tarjetas revolving, porque aunque se pague todos los meses una cuota, el producto no llega a saldarse nunca.
En caso de fraude ponerlo en conocimiento de la justicia
Los propios Tribunales españoles se han pronunciado al respecto, asegurando que cuando el interés de estas tarjetas revolving supone una cuantía mucho más elevada que la media que se suele asociar a este tipo de productos financieros, desde luego, es una muestra clara de usura por parte de las entidades y el usuario tiene todo el derecho a reclamar su anulación, así como la devolución de la cuantía indebidamente cobrada.
La media para resolver este tipo de litigios
Según fuentes oficiales, este tipo de juicios o expedientes judiciales suelen tener una media de resolución de, en torno, a los 297 días, o lo que es lo mismo, unos diez meses, aproximadamente.
Ante este hecho contar con una buena asesoría es esencial. En Justalia son expertos en tratar este tipo de litigios con un grado, casi absoluto, de resoluciones a favor. Además, los clientes no tendrán que pagar, nada, por los servicios hasta que el caso se resuelva favorablemente en los Tribunales.
Para finalizar, matizar que, atendiendo la media de sentencias, los clientes, por cada tarjeta, suelen recuperar una media de 12.000 euros, razón más que suficiente para solicitar lo que corresponde.