El proceso electoral desarrollado en Bolivia finalizó con un explosivo reclamo del pueblo, que lleno de rabia e indignación salió a reclamar en las calles.

Por si no faltaba poco para agitar las tierras latinoamericanas, las elecciones presidenciales en Bolivia dejaron al pueblo colmado de cólera debido a la gran desconfianza en los resultados de las elecciones presidenciales

Caía la noche del lunes mientras la presidenta del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia (TSE) presentaba los resultados preliminares que virtualmente convertían a Evo Morales en el ganador de las elecciones presidenciales en primera vuelta.

Lo que generó desconfianza en los resultados y duras críticas contra el TSE fue que el anuncio sucedió tras un parón de 24 horas en el recuento provisional oficial.

Preliminarmente y con el 80% de las mesas escrutadas, la diferencia entre ambos candidatos llevaba a una próxima instancia de balotaje. Todo apuntaba a una segunda vuelta entre Morales y Mesa.

Sin embargo, los resultados divulgados el lunes actualizados al 95% arrojaban que Morales alcanzó el 47% de los votos y superaba por más de 10 puntos porcentuales a Carlos Mesa, el candidato que participó en las elecciones con una agrupación política llamada Comunidad Ciudadana.

Este último conteo anunciado ubica a Evo Morales como virtual ganador sin necesidad de segunda vuelta. Los datos del recuento rápido señalaron una ajustadísima victoria para Evo Morales, sobre Carlos Mesa. De confirmarse estos resultados, el mandatario boliviano mantendría su cargo hasta 2025.

Un día antes, el mismo mecanismo de recuento colocaba a Evo con 45% y a Mesa con 38%, cifras que obligaban al presidente boliviano a buscar su cuarto mandato en segunda vuelta.

En medio de denuncias de «fraude escandaloso» el pueblo boliviano salió a las calles a reclamar a las autoridades.

La reacción popular era de esperarse, dado que simultáneamente a la lectura de los nuevos resultados, decenas de efectivos policiales se posicionar en los alrededores del hotel en el que las autoridades electorales recibían las actas que registraban los votos del domingo 20 de octubre.

Cuatro barreras con policías armados con equipo antidisturbios se instalaron para evitar que miles de seguidores de Evo Morales y otro tanto de activistas opositores llegaran a enfrentarse.

Mesa denuncia un «fraude escandaloso» en el recuento de las elecciones en Bolivia y la OEA muestra su «profunda preocupación»

Rápidamente, la ciudad de La Paz se llenó de gases lacrimógenos para contener las protestas. «Sin llorar, sin llorar», era la provocación del grupo oficialista. Mientras que los detractores de Morales contestaban gritando a todo pulmón «mi voto se respeta».

En frente del hotel, menos de 100 metros separaban a los dos bloques: los evistas, que ya cantaban la eventual victoria y los opositores, que comenzaron a denunciar fraude electoral.

Con noche cerrada y el frío habitual aparecieron las fogatas alimentadas con todo lo que se pueda quemar comenzaron a encenderse. Pero no sólo para combatir el frío paceño, sino también para que el fuego amaine los gases lacrimógenos disparados por la policía.

Fuente: BBC News

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