¿Tienes una tarjeta de crédito y no sabes lo que pagas? ¿Firmaste un crédito con alguna entidad y parece que nunca acaba? ¿Pagas a plazos desde hace tiempo y sientes cómo nunca se terminan las cuotas?

Alerta.

“Por mucho que pago parece que el crédito nunca termina” es la frase más repetida por las personas afectadas por este tipo de financiación que acaban pagando según el Tribunal Supremo intereses “notablemente superiores” y “manifiestamente desproporcionados con la circunstancia del caso” y, habitualmente, sin saber cómo han llegado hasta esa situación.

La comercialización en la mayoría de casos poco o nada transparente de este tipo de préstamos, con unos intereses que duplican o triplican el precio normal del dinero, con una TAE por encima del 20% están empezando a llevar a la mayoría de las entidades financieras ante la justicia en los últimos meses.

Así lo demuestra la acumulación de sentencias favorables que la plataforma de abogados Reclama Por Mí está consiguiendo contra entidades financieras que conceden micropréstamos, miniprestamos, préstamos rápidos, líneas de crédito o tarjetas revolving.

“Cada día recibimos una notificación del juzgado con sentencia firme a favor de los afectados”, explica Fernando Renedo, Director Jurídico de la plataforma.

¿Piensas que puedes tener una tarjeta o crédito revolving?

Fernando Renedo explica que “la mayoría de las personas desconoce que está pagando estos intereses desorbitados y se da cuenta tiempo después. La razón es porque al aplazar los pagos en “cómodas cuotas” están pagando dos o tres veces el préstamo principal y, para cuando toman cartas en el asunto, se dan cuenta de que no solo han pagado mucho más de lo prestado sino que aún les queda mucho dinero pendiente de devolver”.

¿Me puede estar pasando a mí sin darme cuenta?

Sí. Desde la plataforma son muy claros en este punto.

“Desde fuera, a veces se tiene la idea preconcebida de que estas situaciones solo les suceden a personas que están pasando por un bache económico o que quienes acuden a este tipo de financiación no leen bien las condiciones antes de firmar el contrato y tendemos a juzgarles de forma severa por su irresponsabilidad, explica Javier López, director de Marketing y socio de la compañía.

Pues bien, para acabar con esta idea, desde www.reclamapormi.com han hecho un análisis de los 3 grandes perfiles que se dan entre los afectados.

El perfil del afectado por una tarjeta revolving o micropréstamo

Atendiendo a la edad, las personas que reclaman se encuentran entre la franja de edad de los 40-45 años, si bien, de media, ese crédito lo pidieron 6 años antes.

Atendiendo al género, los hombres son más propensos a tener un contrato a su nombre siendo así en el 66% de los casos mientras que la mujer representa un 34%. No obstante, alrededor del 80% de las personas que acuden a ellos tienen una familia, por lo que podríamos decir que no afecta a la economía de una sola persona, sino a un grupo familiar.

Pero el aspecto más relevante lo encontramos en las causas que llevaron a tener contratado este tipo de financiación donde encontramos 3 motivos principales:

  1. El 19% está pasando por un bache económico: lejos de ser una solución, las tarjetas revolving y los microcréditos facilitan el mal endeudamiento o sobreendeudamiento. Desaconsejan totalmente esta opción de financiación ya que la espiral de deudas se puede hacer inasumible. El control en la concesión de este tipo de productos a personas con dificultades económicas debería ser mucho más estricto, aseguran. Estos casos son los que tanto desde una perspectiva humana como desde una perspectiva jurídica más se denuncian.
  1. El 13% de los afectados acude a estos productos de forma activa, en una posición económica favorable: Son personas que, con el fin de pagar algo concreto, buscan financiación sin saber las consecuencias que conlleva: un coche, una reforma en la casa, un electrodoméstico, unas vacaciones, ayudas a familiares… Utilizan esta financiación que asumen como “ventajosa” porque así suele comercializarse.
  1. El 68% no tenía ninguna intención de contratarlo y, sin embargo, por alguna razón, se encuentra vinculado a esta financiación sin saber muy bien cómo: Los afectados explican situaciones muy diversas. Las más comunes: un chico joven se acercó en un centro comercial, el banco se la concedió indicando que era una tarjeta nueva con puntos, al financiar un préstamo de su casa, éste se vinculó a otro crédito… No la necesitaban, no habían oído hablar de ello y, sin embargo, ahora sufren las consecuencias.

Y es que según explican desde la plataforma, la mayoría de los afectados, cuando firmó el contrato (si es que lo hizo porque hay numerosos casos en los que no existe ni siquiera dicha firma) no sabía bien lo que hacía porque la entidad fue muy poco transparente.

Desde Reclama Por Mí ponen como ejemplo una sentencia favorable contra Cetelem notificada esta misma semana donde el juez indica que no supera el control de transparencia puesto que “en ningún lugar aparecen las tasas TIN y TAE aplicables a las disposiciones efectuadas, por lo que en modo alguno la demandante pudo tener conocimiento de la cantidad que debería abonar por la concesión de la línea de crédito” y “ni siquiera consta marcada la casilla que confirma que la demandante estaba conforme con la suscripción de un préstamo”.

“Si la concesión de este tipo de créditos se realiza bajo estas condiciones ¿cómo va a saber un afectado que lo tiene contratado y lo que paga por ello? ¿No deberíamos mirar nuestras propias cuentas y cerciorarnos de no estar en esta situación sin saberlo?” explica Javier López, quien anima a cualquier persona que esté pagando cuotas de algún tipo mensualmente, a que se ponga en contacto con Reclama Por Mí para estudiarlo sin compromiso. 

Fuente: www.reclamapormi.com

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