Tras la entrada en vigor de la ley el 1 de abril, cinco editores suecos presionaban a los proveedores de Internet para obtener la identificación personal, vía dirección IP, asociada a un servidor que contiene 27 audio-libros, de los que dichas editoriales poseen los derechos.

En su sentencia, el Tribunal de Apelación de Estocolmo, considera que la prueba de que el servidor es accesible al público en general no se había aportado.

La decisión fue tomada gracias al voto de calidad del presidente del Tribunal, ya que dos jueces estaban a favor y dos en contra. Ésta aún puede ser impugnada por el Tribunal Supremo de Suecia.

La ley IPRED permite, en principio, forzar a los proveedores de acceso a dar la identidad de una persona sospechosa de descarga ilegal vía su dirección IP, que es una serie de números asociada a cada ordenador conectado a la Red.

En junio, un Tribunal en primera instancia condenó al operador Ephone por proporcionar la identidad de la persona gracias a la dirección IP.

Tras la aprobación de la ley ‘antipiratería’, el tráfico total en Internet ha disminuido en Suecia de un 30 a un 40%.

La ley fue aclamada por la industria discográfica, del cine y de los videojuegos, pero duramente criticada por el Partido Pirata, en pleno auge.

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