El Parlamento Europeo rechazó hace unos dias el Acuerdo Comercial de Lucha contra la Falsificación (ACTA, en sus siglas en inglés). De este modo, el Acuerdo no tendrá validez jurídica en ningún país de la UE. Se trata de la primera vez que la Eurocámara hace uso de los nuevos poderes que le otorga el Tratado de Lisboa para rechazar un tratado de comercio internacional. 478 diputados votaron en contra de ACTA, 39 lo hicieron a favor y 165 se abstuvieron.

«Estoy muy satisfecho de que el Parlamento haya seguido mi recomendación de rechazar ACTA», declaró el ponente, David Martin (S&D, Reino Unido), tras el voto. Martin ha insistido en que el tratado es demasiado ambiguo y queda abierto a interpretación, por lo que podría afectar a las libertades civiles de los ciudadanos. Sin embargo, ha añadido que es necesario encontrar maneras alternativas de proteger los derechos de propiedad intelectual, que considera «la materia prima de la economía de la UE».

Uno de los principales defensores de ACTA en el PPE, el diputado sueco Christofer Fjellner, pidió, en el debate de ayer, que se aplazara el voto hasta que el Tribunal Europeo de Justicia sentencie si el Acuerdo es compatible con la legislación comunitaria. Al rechazar la mayoría del pleno la petición de Fjellner, un número considerable de diputados respondió absteniéndose en el voto final.

Durante el debate sobre si debía o no aprobar ACTA, el Parlamento recibió la presión directa de miles de ciudadanos europeos, que, mediante manifestaciones, correos electrónicos y llamadas a las oficinas de sus diputados, reclamaron a la Eurocámara que se oponga al acuerdo. Además, el PE admitió a trámite una petición apoyada por 2,8 millones de personas de todo el mundo que pedía rechazar el tratado.

La UE y sus Estados miembros negociaron ACTA con Estados Unidos, Australia, Canadá, Japón, México, Marruecos, Nueva Zelanda, Singapur, Corea del Sur y Suiza. El objetivo del acuerdo era mejorar la aplicación de las normas internacionales contra la piratería. El voto de hoy supone que el acuerdo no tendrá validez en la UE ni en ninguno de sus veintisiete países miembros.

La industria, contraria a ese fallo

En un comunicado conjunto, la Federación Internacional de Productores Discográficos (IFPI, en sus siglas inglesas), la Federación de Editores Europeos (FEE), la Federación Internacional de Actores (FIA) y otros organismos internacionales del sector cultural y manufacturero calificaron de «oportunidad perdida para la UE» en materia de protección de las industrias creadoras europeas y aquellas que apuestan por la innovación.

El acuerdo pretende luchar contra la piratería en internet pero también contra las falsificaciones de productos comerciales de marca y medicamentos ilegales en internet.

«ACTA es una importante herramienta para la promoción de la propiedad intelectual y los empleos europeos. Desgraciadamente, el tratado siguió un camino equivocado en el Parlamento, y los méritos reales y considerables del tratado no pudieron prevalecer» dijo Anne Bergman-Tahon, directora de la FEE, uno de los miembros de una coalición que reúne más de 130 organizaciones que apoyan el acuerdo.

El director general de IFPI, Frances Moore, espera ahora la sentencia del Tribunal de Justicia de la UE, al tiempo que pidió al Parlamento Europeo que haga la protección eficaz de los derechos de propiedad intelectual una alta prioridad de la política comercial.

«Esperamos que ACTA seguirá avanzando al margen de la UE, lo que significa una pérdida significativa para los 27» afirmó Alan C. Drewsen, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Marcas (INTA, por sus siglas en inglés).

 

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