El Tribunal Arbitral de Barcelona emprende este año, en el que celebra su 20 aniversario, una nueva etapa en la que apuesta firmemente por la transparencia y la independencia de la institución, así como la imparcialidad, la dedicación, mayor especialización y la competencia de sus árbitroS. A ello contribuirán las buenas prácticas de éstos espejo en el que el TAB quiere ver reflejada la actividad no sólo de los árbitros sino también de sus profesionales .Por este motivo el TAB asume como propio el articulado de las vigentes Normas Éticas para los Árbitros Internacionales establecidas por la International Bar Association (IBA). En estas normas éticas, que los árbitros están obligados a seguir en su labor, se detalla que los árbitros deben avalar su independencia e imparcialidad respecto las partes que acuden al arbitraje, así como comprometerse a dedicar al caso el tiempo, la atención y la predisposición indispensable para garantizar un arbitraje justo. En esta nueva etapa el Presidente del TAB, Jesús de Alfonso declara que “nuestra máxima prioridad es que el usuario del arbitraje TAB sepa qué puede esperar de nuestros servicios así cómo que trabajamos con la vista puesta en el ahorro, la eficiencia y el respeto en el medio ambiente evitando dispendios inútiles. También queremos hacerle saber al ciudadano que puede elegir entre los Tribunales de Justicia y acudir a una “Justicia Privada”, conocer nuestras eficiencias y sobre todo sin esperar años y años a resolver sus conflictos”.

El Tribunal Arbitral de Barcelona (TAB) se fundó formalmente en 1989 al amparo de las previsiones de la Ley de Arbitraje de 1988 a pesar de que durante las discusiones parlamentarias de la referida ley un grupo de juristas ya tomaron la decisión de fundarlo con la intención específica de intervenir activamente prestando servicios en el ámbito de los conflictos mediante el arbitraje o la conciliación. Esta iniciativa fue respaldada por instituciones como el Consell dels Collegis d’Advocats de Catalunya, el propio Collegi d’Advocats de Barcelona, la Cambra de Comerç de Barcelona y el Collegi de Notaris de Catalunya.

El T.A.B. nació y subsiste con el propósito de servir a la Sociedad, facilitando que profesionales o personas neutrales de reconocida integridad y capacidades así como prestigio y notable carrera profesional puedan entender los conflictos, sus razones y el ámbito en el que se han desarrollado e intervenir en su solución. El T.A.B. se compromete a velar a fin de que sus empleados, miembros de la Junta de Gobierno, Presidente y árbitros acaten los códigos éticos y de buenas prácticas aprobados por el propio T.A.B. que en cada momento se encuentren vigentes, así como a fomentar y respetar la diversidad.

¿Puede decirnos cómo encara el vigésimo aniversario de su entidad?

Con gran satisfacción y enorme ilusión. Satisfacción porque el que una institución de instituciones cumpla 20 años es motivo de orgullo que en todo caso debe reconocerse a todos los que han participado en este proyecto. Con ilusión, porque la realidad social del tiempo nos impone estar atentos a las demandas sociales y por tanto debemos renovarnos periódicamente y ése es un proyecto que nos produce mucha ilusión y a la vez imprescindible.

Su corte administra una notable parte de los arbitrajes que se producen en nuestro país, ¿qué medidas han propuesto para incentivar el uso del arbitraje por parte del empresario?

Creo que quienes administramos arbitrajes debemos explicarnos mejor a la Sociedad. Si comparamos los pleitos que entran en los Juzgados con arbitrajes que entran en las cortes arbitrales veremos que la diferencia es excesiva. Tenemos que ganarnos la confianza del empresario y del ciudadano ya que somos muchísimo más eficientes resolviendo conflictos que la Justicia ordinaria. Por ejemplo, pocos saben que en nuestro Tribunal el promedio de duración del arbitraje ha bajado a 5´2 meses. Eso es imbatible. La neutralidad y la transparencia de la institución es esencial y ahí seguramente siempre se podrá hacer más.

Aún hay muchos abogados que recelan del arbitraje por no tener instancias posteriores a las que apelar ¿qué les diría para que lo vieran como una alternativa válida?

Cuando comento este hecho con colegas extranjeros suelen responderme que ésa es la ventaja del arbitraje: que no se alarga por recursos. El T.A.B., consciente de esa sensibilidad que Vd. acertadamente recoge, ha elaborado un proyecto de recurso dentro del arbitraje que no añade un componente de retraso significativo. Estamos trabajando con catedráticos y profesores universitarios lo que será una novedad absoluta en España y que se piensa únicamente para arbitrajes con un solo árbitro ya que las posibilidades de error sustancial o grave en un colegio arbitral de tres, son mínimas. Creo que ello actuará para desvanecer este recelo que no tiene fundamento a la vista de los laudos que se anulan que en el año pasado ha sido cero lo cual habla de su calidad y que esos recelos son más bien psicológicos. Pero, insisto, debemos darles respuesta.

¿Cuál es la relación de su entidad con las autoridades jurídicas del país? ¿Se sienten apoyados en la promoción y difusión del arbitraje?

Aunque soy parte en ello yo las calificaría de muy buenas pues siempre hemos tenido las puertas abiertas y la disposición para el diálogo tanto con el poder político como con los jueces, que valoran el arbitraje frente a lo que suele ser una percepción errónea de “competencia”, que no la hay, sino colaboración. Otra cosa es que, en mi opinión, tanto las cortes arbitrales como las instituciones podamos hacer más para incrementar la cultura arbitral. Creo que al poder político también le incumbe hacer saber a la ciudadanía que tiene una alternativa a la jurisdicción ya que si no el justiciable no puede realizar una elección informada.

¿Por qué hay mayor desarrollo del arbitraje a nivel internacional por parte de nuestros empresarios y menos a nivel doméstico?

Creo que es un tema de tradición y de cultura. Los jueces son neutrales por definición, los árbitros deben demostrarlo y hacia ellos hay recelos que las partes no explicitan hacia el juez aunque pueda haberlos. Los árbitros nombrados por cortes arbitrales que explicitan su proceso de selección y exigen neutralidad demostrable a los árbitros, son, deben y pueden ser tan neutrales como un juez. Los prescriptores del arbitraje en España son los Abogados, pero no sólo ellos. El arbitraje, salvo honrosas excepciones, está poco desarrollado en la formación del jurista pero menos aún del empresario y en ese entorno anda la explicación de lo que me pregunta.

¿Dónde está la clave de un buen arbitraje? ¿No cree que existen demasiadas cortes arbitrales lo que hace es que se disperse y confunda al empresario?

No puedo estar más de acuerdo con la última afirmación. Ha puesto Vd. el dedo en la llaga ya que en esa circunstancia yo radico el hecho de que, como decía un titular de un periódico, el arbitraje no acaba de despegar. La plurioferta es buena porque produce competencia por eficiencia en beneficio de los usuarios pero nos hallamos ante una situación de excesiva oferta y además poco diferenciada lo que produce perplejidad en el usuario y a la postre quizás hasta rechazo de la institución del arbitraje. Las instituciones arbitrales tenemos un reto y quizás “de lege ferenda” el Legislador pueda hacer algo también. Habría que estudiarlo. Nos vamos a reunir en Barcelona en Septiembre para estudiar el futuro del arbitraje en España. El arbitraje no es qué “puede ser” sino qué “debe de ser” la respuesta de quienes creen que la solución tardía a sus conflicto no es solución y de quienes caen en la cuenta de que el pleito ante los Tribunales con sus recursos tiene costes explícitos pero también otros ocultos que la gente no valora pero existen y muy importantes.

¿Cuál es el perfil de los árbitros de su Corte Arbitral y el perfil de caso?

Mire Vd. ése ha sido uno de los primeros temas en que me he ocupado: crear un perfil de árbitro que tiene varias páginas y vamos a colgar en la web. Hemos acordado en Junta que el árbitro TAB debe tener 15 años de experiencia en el campo en el que va a arbitrar y hemos puesto mucho énfasis en que esté libre de toda sospecha y para ello les vamos a pedir una declaración firmada de intereses y sectores y empresas para las que ha trabajado. Luego las partes tomarán sus propias decisiones. No nos basta con una declaración genérica del tipo “no tengo conflicto”. El caso típico es un conflicto contractual o societario área ésta en la que va imponiéndose la solución arbitral ya que las sociedades no pueden verse bloqueadas por largos litigios en la jurisdicción.

¿Qué relación existe en estos momentos entre su entidad y la Corte Española de Arbitraje? ¿Cómo se organizan a la hora de gestionar posibles litigios?

Dentro de pocos días me veré con los presidentes de todas las cortes similares a la nuestra a quienes voy a invitar a nuestra celebración en Septiembre del vigésimo aniversario y quiero hacerlo personalmente porque creo en el diálogo y la colaboración ya que si siempre son necesarios en toda relación humana mucho más lo es cuando se trata de instituciones. Le puedo indicar que he inaugurado una praxis de reunirme con los decanos y Presidentes de las instituciones socias de nuestra corte arbitral y ha sido muy provechoso. Creo que hay todavía camino por recorrer en el diálogo entre instituciones arbitrales.

En un momento de recesión como el que vivimos ¿qué ventajas supone para el empresario acudir al arbitraje como método de resolución de conflictos?

Muy claramente, como vengo diciendo, “pasar página” y ello se traduce en no quedar bloqueados o dejar de adoptar decisiones porque la empresa tenga delante un conflicto que no se siente capaz de sostener durante años en la incertidumbre. El empresario quiere saber si tiene razón o no en un conflicto y adaptar su estrategia o actividad al resultado. Lo que no puede hacer es perder ventajas competitivas porque tiene incertidumbres derivadas de conflictos que, como le he dicho antes, tiene costes ocultos de más peso que los honorarios de los abogados o de los árbitros. Yo sólo le veo ventajas. Si vamos a eficiencia en la resolución del conflicto será más eficiente un árbitro al que no se le tenga que explicar un sector de negocio porque ya haya trabajado en él porque entenderá mejor el conflicto y por tanto lo resolverá más eficientemente. Los justiciables se sienten más cómodos con un decisor que entienda sus negocios y sus conflictos.

Por último, denos las claves para solventar el problema de la Justicia en nuestro país.

¡No pide Vd. nada! Creo que la racionalidad en toda actividad humana debe prevalecer. He aprendido durante mi etapa profesional que la eficiencia es primordial para la empresa. La Justicia debería enfocarse más desde el prisma de la eficiencia. Me contaba perplejo un juez que había tenido un juicio por el incremento de tarifa de un “bono bus”. ¿Se nos ha olvidado el “de minimis”?. Alguien debe decirle al ciudadano lo que le cuesta al contribuyente por ejemplo, un juicio de faltas, o una apelación o por qué tenemos un funcionamiento de la Justicia con constantes cuellos de botella. Claro, aquí caben todas las afirmaciones grandilocuentes y a lo mejor hasta con la Constitución en mano, pero vamos a sacar matrícula en garantismo y vamos a suspender en eficiencia y en racionalidad. Otra pregunta es si nos podemos seguir permitiendo lo que tenemos …[duda]

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