En 2009 se registraron 5.860 concursos frente a los 2.875 publicados en 2008, una cifra que superó la previsión inicial del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que estimó un total de 4.738 concursos para el pasado año.

El socio responsable del área de reestructuraciones de PwC, Enrique Bujidos, destacó que durante el último trimestre del año «no se mantuvo la tendencia a la baja registrada en el tercer trimestre, lo que refleja la situación financiera por la que se encuentran las empresas españolas».

Entre octubre y diciembre un total de 1.561 empresas se declararon en concurso de acreedores, lo que supuso un incremento del 31% respecto al trimestre anterior y del 27% respecto al mismo periodo de 2008.

Cataluña fue, con 1.399 insolvencias, la región que aglutinó el mayor número de concursos en 2009, el 24% del total. La Comunidad de Madrid fue la segunda en el ranking, con 877 concursos, el 15% del total; seguida de la Comunidad Valenciana, con 795, (14%); Andalucía, con 603 (10%); Galicia, con 323 (6%-); País Vasco, con 312 (5%); y Castilla León, 269 (5%).

«Es importante señalar el fuerte incremento experimentado no sólo por las grandes comunidades autónomas, como Cataluña, Madrid y Valencia; sino por otras como Cantabria, Canarias y Murcia, con incrementos cercanos o superiores al 200%», explicó Bujidos.

Los sectores de la construcción e inmobiliario siguieron siendo los más afectados por las insolvencias empresariales y representaron el 34% de todos los procesos incoados en 2009, aunque perdieron peso respecto al año anterior, cuando supusieron el 39%.

En este sentido, cabe destacar que la crisis comenzó a atacar a otros sectores distintos al ladrillo, como son los industriales, de automoción y distribución, que crecieron un 110%, un 122% y un 142%, respectivamente, en el número de concursos. Además, los concursos de personas físicas supusieron 20% del total de concursos, llegando a la cifra de 1.188 casos en 2009.

Crecieron considerablemente las insolvencias de empresas con un activo inferior a los dos millones de euros y disminuyeron el número de compañías concursadas con activos superiores a los cinco millones de euros.

Respecto al tamaño medio de los activos, las empresas concursadas en 2009 se redujeron considerablemente respecto al año anterior, pasando de 13,1 millones de euros en 2008 a 7,2 millones en 2009, lo que supuso una reducción del 45% y se explica por la fuerte caída de las compañías concursadas con activos superiores a 30 millones de euros.

Durante 2009, más de 100.000 trabajadores se vieron afectados por los concursos de acreedores. El 77,4% de las empresas que entraron en concurso contaban con una plantilla inferior a 50 empleados.

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