En los últimos años, toda la Unión Europea ha trabajado para desarrollar normativas que permitan luchar contra el fraude fiscal de forma efectiva, y que a su vez garanticen la modernización y adaptación de las agencias tributarias, para fomentar un crecimiento sostenido. Sin embargo, en la práctica, esto plantea un debate: ¿es posible que la digitalización ayude a desarrollar un sistema fiscal sostenible?
Desde fiskaly, empresa que simplifica el cumplimiento de las normativas fiscales a través de soluciones SaaS, han querido analizar cuáles son los condicionantes que deben darse para poder avanzar hacia un sistema fiscal sostenible.
¿Qué es el cumplimiento fiscal sostenible?
En primer lugar, es necesario entender qué implica un sistema fiscal sostenible. Se trata de un sistema fiscal que no solo sea eficiente y efectivo, sino que también promueva el crecimiento económico, sin comprometer los recursos de futuras generaciones; la equidad social, asegurando que todos los ciudadanos contribuyen de manera adecuada según sus capacidades; y la protección ambiental, con el fin último de incrementar la transparencia y reducir el fraude
fiscal.
Uno de los puntos clave para desarrollar un sistema fiscal más sostenible es su modernización. España está trabajando en la adaptación de sus sistemas tributarios e incluye algunos objetivos relativos a su modernización en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Estas acciones están alineadas con prácticas internacionales y buscan asegurar un crecimiento económico sostenible e inclusivo.
Nuevas normativas para la digitalización del sistema fiscal
En línea con la adaptación digital y la lucha contra el fraude, España ha introducido nuevas normativas fiscales en algunos territorios, como TicketBAI en el País Vasco, la próxima legislación fiscal del territorio foral de Navarra, y la Ley Antifraude con Verifactu en el resto del país. “La digitalización del sistema fiscal está cambiando la comunicación entre el contribuyente y las autoridades fiscales. TicketBAI ha implementado la obligatoriedad del envío en tiempo real de los registros de facturación a las Haciendas Forales, a través de sistemas de facturación digitales. Un sistema similar al que propone La Ley Antifraude con los sistemas Verifactu, para la comunicación de los obligados tributarios con la Agencia Tributaria en tiempo real”, explica Isabel Nogales, directora de fiskaly en España.
«Una vez integrada, una regulación fiscal automatizada permite mayor transparencia, eficiencia y evita errores humanos. Integrar tecnología avanzada en la administración tributaria puede simplificar procesos, reducir costes y aumentar la precisión, para lograr un sistema más sostenible y transparente”, asegura Nogales.
Sin embargo, la adaptación a este nuevo sistema también supone un reto para pymes y autónomos, porque implica que deben adaptar sus sistemas de facturación a los requisitos técnicos de estas normativas, lo que requiere una inversión en tecnología y formación.
Por ello, a la hora de implementar un sistema de control fiscal de la facturación en las empresas, es importante analizar bien los costes y beneficios que puede traer. También hay que revisar si tanto la administración tributaria como los contribuyentes están en condiciones de llevar a cabo y mantener el proceso. Es fundamental establecer requisitos claros para el registro de las transacciones, de modo que se pueda evaluar si el sistema fiscal funciona bien y es sostenible a largo plazo.
España, al igual que otros países, enfrenta desafíos significativos en términos de deuda pública, déficit fiscal y digitalización. A través de las nuevas normativas de cumplimiento fiscal, se promueve la transparencia y la igualdad fiscal, a la vez que se pretende mejorar la eficiencia y competitividad de las empresas en un entorno cada vez más digitalizado y global.
Trabajar por un sistema de cumplimiento fiscal sostenible no solo es una necesidad económica y social, sino también una oportunidad para construir un futuro más justo, equitativo y resiliente, donde el fraude fiscal sea una tarea cada vez más complicada. Por su parte, la digitalización del sistema fiscal europeo y, en este caso concreto, el español, supone un paso crucial hacia este objetivo. Por supuesto, representa un desafío tanto para las empresas como para las instituciones, pero también supone una oportunidad para impulsar la digitalización del tejido empresarial y público, aumentando su competitividad, fiabilidad y crecimiento.
Fuente: fiskaly