El Presidente de AEDAF, Juan Carlos López-Hermoso, participó esta mañana en el curso organizado por la APIE para periodistas de información económica, junto al presidente del Colegio de Economistas, Juan Iranzo, y el secretario de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado, Francisco de la Torre.
En una ponencia en la que repasó la evolución del modelo tributario en los últimos años, y más específicamente las respuestas fiscales derivadas de la crisis económica, el representante de la Asociación Española de Asesores Fiscales resaltó la escasa capacidad de los gobiernos para realizar una “auténtica política tributaria más que una excesiva gestión tributaria”.
Juan Carlos López-Hermoso describió el actual sistema tributario como “excesivamente complejo” con tres niveles de gobierno con competencias normativas en material fiscal (Estado central, Comunidades Autónomas y Ayuntamientos), y con “tributos con numerosas excepciones, regímenes especiales e incentivos para llegar a una tributación relativamente reducida en términos europeos”.
Para el presidente de AEDAF, a mayor complejidad, mayores problemas interpretativos y de aplicación práctica, factores que desde el punto de vista de la competitividad, son muy relevantes en el ámbito fiscal. “No solo hay que recuperar competitividad en la economía” –señaló- “sino también en el ámbito fiscal”.
En este aspecto, el abogado resaltó los “numerosos incentivos fiscales (exenciones, reducciones, bonificaciones, regímenes especiales etc)” que reducen de forma significativa la carga fiscal efectiva (el 30% de la recaudación), debido a un sistema caracterizado por la existencia de tipos nominales relativamente altos en los principales impuestos pero corregidos por estos incentivos.
El representante de los asesores puso como ejemplos el Impuesto de Sociedades, o los incentivos a la industria fotovoltaica “no se puede incentivar algo que aún no se ha vendido”.
Para Juan Carlos López-Hermoso “la mayoría de los beneficios fiscales, un recurso tan fácil como ineficiente, ha tenido un efecto nulo, o incluso, en algunos casos, hasta perverso”.
Así, los ajustes según el experto fiscal deben venir vía gasto público e imposición indirecta, y la política fiscal debe huir de la complejidad y optar por una simplificación de los diferentes tributos, que aumenten la seguridad jurídica y la eficiencia, y ayuden así a mejorar la competitividad en nuestras empresas. “El diseño de una fiscalidad ordenada, simple y eficiente debe ser prioritario, debiendo primarse de forma nítida la producción y la actividad”
En un escenario en el que el debate se centra en el análisis de la presión fiscal global y los tipos nominales que se aplican en los principales impuestos, en comparación con los países de nuestro entorno, el presidente de AEDAF recordó que “la recaudación tributaria y el porcentaje de presión fiscal están directamente relacionados con la situación económica”.
Así, Juan Carlos López-Hermoso señaló que aunque las subidas y bajadas de impuestos tienen incidencia en la recaudación y en la presión fiscal, “tiene todavía más influencia la evolución de la situación económica que, cuando mejore, incrementará la recaudación y hará subir la presión fiscal”.