En el caso de los engaños de empresas, los más frecuentes son los robos simulados, incendios provocados y estafas a la hora de computar los daños de un accidente. El incremento de esta problemática ha obligado incluso a las aseguradoras a reforzar sus plantillas con peritos y detectives privados.

Según la Asociación de Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA), más del 3% de los siniestros que se producen al año en España son fraudulentos, aunque este porcentaje amenaza con dispararse este año por a la crisis.

«Los fraudes ocurren tanto en el ámbito de la empresa como en el de los particulares: se simulan robos, se magnifican las pérdidas, se provocan inundaciones e incendios», enumera José María Olazábal, director de Programas de ICEA, quien avisa de que el coste del fraude tiene un impacto superior a los 650 millones de euros al año en España.

Galicia es la sexta comunidad en la que las compañías detectan más intentos de fraude, según las estadísticas del ICEA, elaboradas con información de las veinte compañías de seguros más importantes a nivel nacional.

En 2007, último año computado hasta el momento, en Galicia se registraron 3.965 intentos de fraude, de los cuales el 75% afecta al ramo de automóviles. Del resto, 748 afectan a seguros de responsabilidad civil general y 114 a pólizas de vida, accidentes y salud. Pontevedra es la provincia que registra más engaños detectados (1.747), seguida de A Coruña (1.478), Ourense (263) y Lugo (377).

A excepción de A Coruña, las otras tres provincias gallegas experimentaron en 2007 un crecimiento del fraude superior al 10%. «Este aumento de la actividad delictiva está obligando a las empresas a contratar detectives y peritos», reconoce Adolfo Campos, director del Instituto Atlántico del Seguro (INADE). «Aquí se ha dado el caso de un señor que denunció un robo en su empresa, fue indemnizado y en investigaciones posteriores se descubrió que la maquinaria supuestamente robada estaba en otra nave de su propiedad», relata.

No obstante, en épocas de crisis económica uno de los ardides más frecuentes son los incendios provocados. «Son los más difíciles de probar», reconoce este experto en seguros. En estos casos llegan a intervenir incluso laboratorios especializados que analizan los restos, fotos por satélite, abogados y las fuerzas de seguridad del Estado.

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