Barcelona y Madrid acogen esta semana a 200 juristas especializados en derecho civil, procedentes de 25 países y miembros de la Asociación Henri Capitant, entidad presente en 55 países y líder internacional en este campo. El objetivo es celebrar las “Jornadas Españolas” de la entidad, que tienen como tema central “el inmaterial”, una cuestión basada en elementos intangibles como las marcas, las patentes o todo aquello relacionado con las nuevas tecnologías.
El acto de bienvenida, presidido por el decano del Colegio Notarial de Cataluña y vicepresidente del Consejo General del Notariado, Joan Carles Ollé, se inició este lunes con el discurso del presidente de la Unión Internacional del Notariado, el senegalés Daniel-Sédar Senghor, quien preside la máxima institución notarial desde el pasado mes de enero y es el primer notario africano que alcanza su presidencia.
En su discurso, Senghor hizo hincapié en los retos a los que se enfrenta el Notariado, “en un mundo en que predomina la lectura economicista y todo se mide en función de este criterio”, criticando el hecho de que “muchas de las instituciones financieras internacionales que impulsan las políticas económicas son a menudo altamente permeables a influencias que son muy hostiles al Notariado y desarrollan instrumentos de medición ajenos a la cultura de autenticidad.”
Sédar defendió con firmeza la vigencia e importancia del documento público como prueba de autenticidad por “permitir, gracias a él, conseguir la paz social y alejarse de la cultura del conflicto”. En este sentido, apostó por la elaboración de unos parámetros de calificación alejados de los criterios del índice utilizado por “Doing Business” con el fin de contar con “parámetros que permitan la evaluación objetiva de nuestro desempeño económico y social”.
Pese al intento de imposición del modelo denominado Common Law, opuesto al del Notariado Latino defendido desde la Unión Internacional, Senghor afirmó la necesidad de “desarrollar, a través de un riguroso estudio, un indicador científico y objetivo para medir el valor económico -y en términos de competitividad- de la autenticidad, determinándolo en relación con el Producto Interior Bruto de cada país, así como evaluar el ahorro si se evitan litigios. Todo ello para demostrar el valor añadido del documento auténtico”. De este modo, concluyó, “el hecho de demostrarlo científicamente permitirá poner de manifiesto que la seguridad jurídica conlleva inversión, creación de riqueza y puestos de trabajo”.
El acto contó también con las intervenciones del notario de Barcelona Xavier Roca Ferrer, y la magistrada del Tribunal Constitucional, Encarna Roca Trías, quienes disertaron acerca de los temas “Creación, derecho, justicia” y “La influencia del Derecho francés en la codificación española” respectivamente.
Xavier Roca analizó a fondo el concepto de “inmaterial”, tema central de las Jornadas, en el que incluyó “muchos de los conceptos vinculados a la empresa, como marcas o patentes”, aquellos vinculados a Internet y a las nuevas tecnologías, y la propiedad intelectual, equiparando dicho concepto al de “creación” y basándose en el concepto “de la transformación de una idea en algo concreto.”
Encarna Roca y la codificación
Por su parte, Encarna Roca Trías afirmó que “el siglo XIX es el siglo de las codificaciones y todavía hoy, más de doscientos años después de la publicación del código francés, este constituye el referente de la cultura jurídica occidental.” Roca definió el Código Civil como “la racionalización de las normas dada la necesidad de evitar tanto la inseguridad jurídica como la arbitrariedad de los poderes públicos” y aseguró que “la consolidación del código español se basa en el Código Civil francés, mientras en Cataluña se toma como referencia el Código Civil alemán, diferenciándose el Derecho Civil como elemento identitario”.
En definitiva, afirmó que “España es un estado plurilegislativo y la consolidación del Código Civil tiene dos lecturas principales: es una forma de expresión de una cultura jurídica particular, a la vez que un instrumento para alcanzar algunos objetivos políticos”; y afirmó que “el código es por sí mismo un instrumento y no una meta y con el código se pueden implementar ciertas políticas legales.” Como conclusión, aseguró que “ahora los tiempos han cambiado y es necesario ver la evolución que tomará la consolidación Europea.”
Finalmente, tras un breve agradecimiento de Silvia Díaz Alabart, presidenta de la sección española de la Asociación Henri Capitant, concluyó el acto el decano del Colegio Notarial de Cataluña, Joan Carles Ollé, quien recordó que en Cataluña este año culminará el proceso de codificación del Código civil catalán y recordó que “los notarios, tanto en España como en Cataluña, tenemos una gran tradición civilista y hemos colaborado desde siempre en mantener, conservar y actualizar nuestro Código Civil, adaptándolo a las necesidades de los ciudadanos”.
La Asociación Henri Capitant
La Asociación Henri Capitant fue fundada en París en 1935, bajo la autoridad de Enrique Capitant, profesor de la Facultad de Derecho de París, por un grupo de juristas de diferentes países de lengua francesa, entre ellos procedentes de Bélgica, Luxemburgo, Quebec y Suiza, quedando posteriormente abierta a todas las nacionalidades. Reúne a muy diversos profesionales del ámbito jurídico, entre ellos notarios, abogados, magistrados y académicos, con el objetivo de establecer relaciones entre juristas vinculados a la cultura jurídica romanista en general, y especialmente de tradición francesa, y organizar periódicamente congresos, seminarios o coloquios, nacionales o internacionales, consagrados al estudio de temas jurídicos que permitan poner de relieve los valores de la cultura jurídica latina.