Desde el Senado de la Nación destacan la necesidad de evaluar la ética como punto transversal para regular inteligencia artificial.
La senadora Alejandra Lagunes Soto Ruíz planteó que la ética debe ser un punto transversal en la regulación de la inteligencia artificial, así como para definir estrategias, políticas públicas e iniciativas de ley.
Hace tiempo que la inteligencia artificial abandonó el ámbito de la ciencia ficción para adentrarse en nuestras vidas y, aunque todavía en una fase muy inicial, está llamada a protagonizar una revolución equiparable a la que generó Internet. Sus aplicaciones en múltiples sectores como salud, finanzas, transporte o educación.
La senadora Alejandra Lagunes señala que esta tecnología puede ayudar a resolver problemas de salud, educación, alimentación y cambio climático.
Asimismo, Ddestacó que en los últimos meses gobiernos de distintos países, el G7, científicos y académicos, tienen la preocupación sobre la gobernanza en esta materia y la necesidad de establecer límites en su utilización.
En el foro a distancia “¿Cuál es el papel de la ética en la agenda de la inteligencia artificial?”, refirió que esta tecnología tiene “más de 70 años cocinándose”, pero en los últimos meses hay un importante crecimiento exponencial de ésta, ya que existen distintas aplicaciones a los que millones de usuarios pueden acceder con facilidad.
La inteligencia artificial puede ayudar a cerrar brechas de desigualdad o a resolver problemas en áreas como salud, educación, alimentación, cambio climático, calentamiento global, entre otras.
En ese contexto, Alejandra Lagunes informó que en conjunto con la UNESCO y la Alianza Nacional de Inteligencia Artificial se realizará un diagnóstico del país para saber “dónde estamos parados, dónde deberíamos enfocarnos, cuáles son los sectores más importantes para México, así como los retos que se deben afrontar sobre la inteligencia artificial”.
Por su parte, Gabriela Ramos, directora general adjunta para Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO, dijo que el llamado a tener un marco regulatorio ético es una base muy importante de la discusión sobre las plataformas de inteligencia artificial.
Coincidió en que el crecimiento exponencial de estas innovaciones genera preocupaciones sobre el impacto que tendrán en la forma en la que trabajamos, estudiamos en las investigaciones científicas, respecto a su accesibilidad y confiabilidad, ya que, a través de éstas, “se pueden realizar muchas funciones que, realmente, antes no estaban más que en la cabeza de los seres humanos”.
Finalmente, Gabriela Ramos resaltó que México tiene el tercer puntaje más alto en América Latina en el sector de tecnología, datos e infraestructura; sin embargo, mencionó que la ausencia de una estrategia nacional sobre inteligencia artificial, así como de principios éticos influyen en un porcentaje menor en las dimensiones de visión y gobernanza en esta materia.