Todos tenemos en la retina imágenes de películas y series donde los abogados penalistas defienden a los malos o están en lucha contra los poderes del estado defendiendo a sus inocentes clientes. La figura del abogado penalista está muy estereotipada y alejada de la realidad. Parece que solo los malos merecen un abogado penalista especializado en delitos pero la realidad es que tener a mano un abogado penalista puede salvar o ayudar a cualquiera. Nunca sabemos cuándo y dónde lo podemos necesitar.

Los abogados penalistas son abogados que se especializan en el estudio y la aplicación del Derecho Penal. Dentro del derecho penal hay varias ramificaciones y cuanto más especializado esté el abogado penalista en una serie de delitos, mejor trabajo hará.

Lo que mucha gente no conoce es que estos abogados no solo se centran en el procesamiento y en los juicios, sino que son unas piezas clave que también actúan como asesores, que te pueden ayudar a decidir entre una estrategia u otra dependiendo de tu caso concreto.

En algunos casos, en el proceso penal es vital estar bien asesorado y representado por un abogado especialista en derecho penal desde el principio para evitar complicaciones futuras y mucho mejor si el abogado es de proximidad. Y es que las primeras horas y días desde el inicio de un proceso penal (atestado, diligencias, declaraciones, reconocimiento médico…) son fundamentales para llevar a cabo una buena defensa.

Cómo elegir al mejor abogado penalista

Hay abogados que destacan por su buen hacer y, sobre todo, por hacer buenas defensas en los juicios, que es donde realmente se reconoce la labor de estos defensores.

Una de las primeras cosas a tener en cuenta a la hora de contratar un abogado penalista es su dedicación. ¿Tiene dedicación exclusiva al derecho penal o se dedica a otros temas? Y si tiene dedicación exclusiva, ¿qué tipo de delitos son los que más domina?

También nos tendríamos que interesar por su porcentaje de juicios celebrados, versus pactos o conformidades, y su tasa de éxito. Otro detalle a tener en cuenta es su grado de actualización: ¿participa en jornadas? ¿cuándo fue la última vez que estudió? ¿Cómo se mantiene actualizado?

Luego entraríamos en temas más subjetivos, como es el nivel de empatía, cercanía y amabilidad que tiene en nuestra primera cita, ya sea telefónica o en persona. Al final, es una persona que nos va a defender en un momento complicado y tenemos que confiarle nuestra vida y nuestro tiempo.

Por último, es importante valorar la transparencia y tener todas las opciones encima de la mesa a la hora de que el abogado presente un presupuesto. Ahí tiene que estar todo detallado, todas las opciones, variantes y plazos, tanto de pago como de tiempos aproximados del proceso penal al que, juntos, os enfrentais.

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