El economista Santiago Peña, de 44 años, ha asumido este martes como nuevo presidente de Paraguay por un periodo de 5 años.
El primer mandatario llega al poder aupado por la máquina conservadora más aceitada de la región, el Partido Colorado, que lleva 71 años en el poder casi sin interrupciones, entre democracia y dictadura.
El exministro de Hacienda, Santiago Peña, asumió junto con el exparlamentario Pedro Alliana como su vicepresidente. La reactivación de la economía, la superación de la pobreza y la lucha contra la corrupción constituyen algunas de las tareas que esperan al nuevo mandatario, quien juramentó frente a jefes de estado latinoamericanos, el Rey de España Felipe VI y el vicepresidente de Taiwán, entre otras personalidades.
El presidente entrante presidente cuenta con una imagen de tecnócrata y una experiencia pública consolidada como economista: en su juventud formó parte del Banco Central de Paraguay (BCP), cursó estudios de Políticas Públicas en la Universidad de Columbia (en EE. UU.) y formó parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El actual jefe de estado manifestó la intención de cumplir con la promesa de seguir siendo el único de Sudamérica que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán y con Brasil como prioridad regional. Precisamente dijo que “la erradicación de la pobreza solo se logra con políticas de mercado abiertas”.
En su primer discurso como presidente de Paraguay, Santiago Peña agradeció a todos los presentes y manifestó: “Hoy es un día de fiesta. Celebramos la democracia, celebramos la esperanza de un nuevo comienzo que nos acerque a la patria soñada”.
Luego expresó “gratitud” a su partido, el “glorioso” -así dijo- Partido Colorado, a las autoridades y al presidente de la agrupación, el ex jefe de Estado Horacio Cartes. “Hoy nos toca llevar esa votación política al servicio de todos los paraguayos”, delineó.
“El éxito es lograr que todos los paraguayos estén mejor y que el mundo sea testigo del resurgir de un gigante. Me comprometo a ejercer un liderazgo firme. Pondré todo mi empeño a motivar a la nación a un futuro próstpero”, prometió.
Y siguió: “Fuimos una nación grande y hoy estamos destinados a volver a serlo. Estableceré puentes de diálogo y cooperación con todos los sectores. Necesitamos crecer en ciudadanía, pluralidad, tolerancia y democracia. Es hora de un pacto para alcanzar la calidad de vida que se merecen las familias paraguayas”.
Respecto al Mercosur, señaló: “Nuestro objetivo es ayudar a mejorar su funcionamiento. Somos la región del mundo con máximo potencial de desarrollo. Solo se puede alcanzar trabajando juntos”.
No obstante, criticó al actual sistema de salud de Paraguay y dijo que “los errores se pagan con vidas. No habrá una segunda oportunidad para los que fallen”.
Finalmente, en materia de seguridad sostuvo que duele el dolor de las familias: “Nuestra respuesta es más efectivos en las calles, menos en las oficinas. Más entrenamiento de nuestras fuerzas de seguridad y mejor gestión del talento humano”.