Si se tienen en cuenta las subvenciones y deducciones públicas, el coste bruto por trabajador alcanzó los 30.670,05 euros en 2009, con un incremento anual del 3,6% respecto al ejercicio 2008.
El 72,8% del coste bruto lo constituyeron sueldos y salarios, por un importe de 22.329,3 euros por trabajador, mientras que las cotizaciones a la Seguridad Social supusieron el 22,1% del total, hasta 6.785,25 euros.
Además de estas partidas, 587,10 euros anuales se destinaron a beneficios sociales por trabajador (cotizaciones voluntarias a seguros y planes de pensiones, prestaciones complementarias a la Seguridad Social, etc.), 389,91 euros a otros gastos derivados del trabajo (indemnizaciones por fin de contrato, ropa de trabajo, transporte, etc.), 482,49 euros a indemnizaciones por despido y 95,97 euros a formación profesional.
La industria registró el mayor coste neto por trabajador en 2009, con 33.897,73 euros, si bien experimentó el menor incremento interanual, con un avance del 3,1%.
Los costes no salariales de la industria se elevaron un 6% el año pasado, en tanto que los salariales aumentaron un 2%.
El sector de la construcción experimentó el mayor crecimiento del coste neto, con un 5,5%, hasta 30.514,1 euros por trabajador, con especial incidencia del coste no salarial, que repuntó un 6,1%, pero también del coste salarial, que subió un 5,2%.
El INE precisó que las indemnizaciones por fin de contrato y los pagos compensatorios elevaron los otros costes derivados del trabajo.
En el caso del sector servicios, el incremento del coste neto por trabajador fue del 3,5%, hasta situarse en 29.612,2 euros por trabajador. Este sector fue el que registró el año pasado el menor crecimiento de los costes no salariales, con un avance del 4,5%, y el segundo mayor aumento del coste salarial, tras el de la industria, con un incremento del 3,2%.