El despacho Dret Privat, que cuenta con una sólida área especializada en arbitraje y mediación, ha impulsado, por primera vez, un ejemplar especial sobre mediación y arbitraje que, a partir de ahora, se reeditará semestralmente. Esta publicación cuenta con el apoyo de la editorial La Ley y abordará cuestiones doctrinales y de jurisprudencia actual, entre otros.

Dirigido a profesionales del derecho, Dret Privat actúa como coordinador editorial de esta nueva publicación semestral que, en su primer número, aborda cuestiones como la arbitrabilidad de la materia societaria en la reforma de la Ley de Arbitraje (de Pedro Mirosa  Martínez), las vivencias en la solución extrajudicial de conflictos laborales (de Antonio Martínez del Hoyo Clemente), el alcance de la prejudicialidad civil en un laudo arbitral (de Elías Campo Villegas) o dos dosieres sobre los tribunales de mediación y los de arbitraje, respectivamente.

Dret Privat cuenta con una larga trayectoria en el campo del arbitraje y la mediación, iniciada por el profesor Frederic Munne Catarina, socio fundador del despacho, que fue uno de los primeros juristas especializados en esta materia y autor de numerosas ponencias y libros sobre arbitraje.

Desde su punto de vista el momento del arbitraje en nuestro país, “A nivel internacional es un momento favorable, pero a nivel interno no lo es tanto. Por un lado la legislación española nos sitúa a nivel internacional en una buena posición en el forum shopping arbitral y la favorable balanza de exportaciones conlleva un escenario proclive para que en las relaciones comerciales internacionales se contemple un pacto arbitral, como está sucediendo. “

En opinion de Munné este momento de austeridad hace más difícil que se expanda el arbitraje, porque exige el pago inicial de los honorarios de los árbitros que constituye un freno psicológico, puesto que en realidad contemplando el litigio en su conjunto en términos generales no comporta un sobrecoste respecto de la Jurisdicción ordinaria.

La clave de la expansión del arbitraje en nuestro país donde no tiene una larga tradición histórica, “requiere tanto de un contexto económico favorable al uso de esta «justicia privada» como de su promoción, ya sea a nivel profesional, mediante publicaciones especializadas de amplio alcance y en los contenidos de las facultades de Derecho donde a menudo el arbitraje sigue siendo un gran desconocido, ya sea a nivel social tanto en las escuelas, para su conocimiento por parte de las futuras generaciones, como en su fomento por parte de los poderes públicos mediante campañas de difusión y promoción.”, comenta el socio director de Dret Privat.

Y ello no tanto para descargar a los Tribunales de su sobrecarga de trabajo, puesto que esta no debería ser el fin último porque tampoco es la motivación de quienes se someten a arbitraje, “sino por convicción en las ventajas de los sistemas de resolución de conflictos alternativos a la Jurisdicción del Estado”, subraya

Preguntado si es partidario de unificar las Cortes Arbitrales en una única, o crear un reglamento específico para todas, Frederic Munne tiene claro que esa no es la solución sino que hay que apostar por la libre competencia, “Siempre que las cortes arbitrales actúen con rigor, seriedad y neutralidad, el propio mercado se encarga de preservar las que tengan verdadera actividad. Ello no obstante, es cierto que aquellas que actúan sin ese rigor, sin seriedad y/o sin neutralidad no sólo se hacen daño a si mismas, porque la confianza es el motivo esencial que debe justificar la sumisión a una corte arbitral, sino que también hacen daño a la imagen del arbitraje en general. “. En este sentido se muestra partidario de cierto control del trabajo de las instituciones arbitrales, “ un cierto control público de las cortes arbitrales a priori, más allá del control judicial a través de la acción de nulidad cuando el «daño» ya está hecho.”

A su juicio, desde este contexto, “creo que podría ser bueno en lugar de unificación hablar de uniformización, por ejemplo mediante recomendaciones, o a través de un reglamento modelo fruto de un amplio consenso de especialistas, que comporte un cierto «sello de calidad».”

Abordado sobre si es necesario nuevos cambios en la vigente ley de arbitraje, el socio director de Dret Privat indica que “Sí, siempre es mejorable aunque la vigente ley, en términos generales, es buena. La vigente Ley 60/2003 es una ley moderna adaptada a la Ley modelo de Naciones Unidas y por tanto que se halla en consonancia con las legislaciones de nuestro entorno y con las leyes más avanzadas en esta materia. Ya lo era antes de la última reforma 11/2011.”

Sobre este tema su visión también es clara sobre las posibles  mejoras que se pueden llevar a cabo “como la materia relativa a las notificaciones y comunicaciones, el arbitraje institucional, el nombramiento de los árbitros, el procedimiento de recusación, determinados aspectos del procedimiento arbitral y del laudo, así como la materia de las costas en el arbitraje.”

DRET PRIVAT es un bufete de abogados especializado en negociación y resolución de conflictos mediante el arbitraje y la mediación, y presta sus servicios jurídicos en todos los ámbitos del Derecho Privado. Sus orígenes se remontan a 1965, año en que los abogados y psicólogos Frederic Munné Matamala y Lluís Muñoz-Sabaté constituyeron el despacho, actualmente estructurado como una sociedad profesional bajo la dirección de los socios Frederic Munné Catarina y Jordi Muñoz-Sabaté Carretero.

 

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