El euríbor a 12 meses sigue disparado. Tras cotizar todo el año al alza, lo más probable es que cierre el mes de junio con una nueva subida y alcance un valor medio de en torno al 0,85%, que es notablemente superior al registro de mayo (0,287%). Eso es una pésima noticia para los que tienen contratada una hipoteca variable: como su interés se calcula con este índice, pagarán unas cuotas mucho más caras en cuanto se revise su contrato. Según el comparador financiero HelpMyCash.com, deberán abonar una media de 1.100 euros más al año por culpa de la subida del euríbor.
Este encarecimiento lo sufrirán aquellos hipotecados a los que se les revise el contrato durante el mes de julio. Cuando llegue la fecha de actualización que aparece en la escritura del préstamo, el banco tomará el nuevo valor del euríbor y lo usará para recalcular el interés aplicado y las cuotas que habrá que pagar hasta la siguiente revisión.
Tras esa actualización, estos hipotecados pasarán a tener un interés mucho más alto que el que se les aplica ahora. Según HelpMyCash, los contratos se revisan cada seis o cada doce meses, dependiendo de lo que el cliente pactara con su banco en el momento de firmar su hipoteca. Y el euríbor cotizaba a unos valores mucho más bajos hace un semestre y un año: -0,502% y -0,484%, respectivamente.
Por ejemplo, pongamos que una persona tiene una hipoteca media de 150.000 euros a 25 años con un interés de euríbor más 1% y revisión semestral. Hasta ahora, el tipo que se le aplicaba era del 0,498% (-0,502% + 1%). Cuando se le actualice el interés con el nuevo valor de junio, pasará a tener un tipo del 1,85% (0,85% + 1%). En consecuencia, sus cuotas mensuales subirán 93,01 euros, lo que significa que tendrá que pagar un total de 558 euros más que en el anterior semestre.
Si la revisión de esta hipoteca es anual, el interés subirá del 0,516% (-0,484% + 1%) al 1,85%. Por lo tanto, las cuotas a pagar serán 91 euros más caras que antes de la actualización. Eso significa que el hipotecado deberá abonar un total de 1.102 euros más que el año anterior.
Malas perspectivas para los que tienen una variable
Los hipotecados con revisión en julio no son los únicos que han tenido que sufrir un encarecimiento de sus cuotas en lo que va de año. Según HelpMyCash, el euríbor lleva al alza durante todo el 2022: ha pasado del -0,477% de enero al 0,85% de junio. Es decir, que las mensualidades han subido para los clientes con una hipoteca actualizada en febrero, marzo, abril, mayo y junio.
De momento, todo apunta a que el euríbor seguirá al alza, lo que es una mala noticia para las personas a las que todavía no se les ha revisado el interés. La previsión mayoritaria es que este índice continúe subiendo y cierre el año por encima del 1%. Por ejemplo, la asociación de consumidores ASUFIN cree que su valor será del 1,50% en diciembre de 2022, mientras que el Departamento de Análisis de Bankinter pronostica que su cotización para entonces rondará el 1,90%.
Pero ¿por qué subirá tanto el euríbor? La culpa la tiene la alta inflación que afecta a la zona euro, que en mayo alcanzó un récord del 8,1%. Para contenerla, el Banco Central Europeo (BCE) aumentará en julio el interés al que presta dinero a las entidades bancarias del continente: del 0% al 0,25%. Y lo más probable es que se produzca un nuevo incremento durante el mes de septiembre (hasta el 0,75%).
El euríbor representa el interés medio al que los principales bancos europeos se prestan dinero entre ellos. Y como estas entidades prevén que el BCE les cobrará más por concederles financiación, han aumentado los tipos que aplican a sus préstamos interbancarios. Eso explica por qué este índice se ha disparado desde febrero, cuando se empezó a hablar de una más que probable subida de tipos por parte del organismo europeo, y por qué todos los pronósticos apuntan a que seguirá al alza.
Buen momento para pasarse al tipo fijo
Si el euríbor continúa su escalada, las cuotas de los que tengan una hipoteca variable continuarán encareciéndose. Pero existe una manera de evitarlo: modificar el interés para pasarlo a tipo fijo. De este modo, el cliente pasará a pagar unas mensualidades estables, dado que su interés no estará ligado a este índice ni dependerá de sus subidas y bajadas.
Este es un buen momento para pasarse al tipo fijo, ya que aún es posible conseguir unos intereses de en torno al 2% o por debajo. Se trata de un precio atractivo, sobre todo si se compara con las hipotecas fijas al 3% o al 4% que se concedían hace tan solo cuatro o cinco años. Ahora bien, como las entidades ofrecen unos tipos fijos cada vez más altos, conviene llevar a cabo el cambio cuanto antes.
Esta modificación puede pactarse con el propio banco con el que se tiene la hipoteca (novación) o se puede efectuar mediante una subrogación (traspasar el préstamo a otra entidad) o con la contratación de una nueva hipoteca fija para cancelar la que se tiene.