En España, sin embargo, este tipo de medidas tienen poco éxito. De los 924.000 trabajadores que experimentaron una reducción de su jornada en el último trimestre, sólo el 13% la tuvo como respuesta a la crisis.
Sufrir un accidente o padecer una enfermedad (47,6%) y tener un hijo (11,71%) son las causas más comunes de reducción de horarios, según un estudio publicado por Agett, la patronal de las empresas de trabajo temporal.
Por su parte, las dos herramientas de ajuste de este tipo, acometer un expediente de regulación de empleo de reducción de jornada, y organizar un paro parcial por razones económicas, apenas suponen un 3,7% y un 10% del total. Pese a que la dureza de la recesión ha disparado en un año un 1.952% los ERE de este tipo, éstos apenas suponen un 4% del total de expedientes de 2009.
Las interrupciones parciales de la producción, a su vez, han aumentado un 100%. Los sectores que más han apostado por esta práctica son la construcción (25%), la industria manufacturera (20,8%) y el comercio (11,1%).
Agett remarca que, no obstante, este tipo de herramientas han multiplicado su uso en esta crisis frente a la que tuvo lugar a comienzos de los años noventa. Aunque por aquel entonces el número de ocupados también era menor sólo 17.500 asalariados protagonizaron paros de producción, frente a los 92.700 registrados el tercer trimestre de este año.
La incidencia de estas medidas, sin embargo, ha pasado ya su pico de actividad, que alcanzó cotas históricas entre el primer y el segundo trimestre de 2009.