El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña acordó por amplia mayoría – 21 votos a favor y un voto particular – mantener el sistema educativo de immersión lingüística. Los magistrados estimaron parcialmente el recurso presentado por el gobierno catalán, lo cual significa que mantienen el modelo actual aunque eso sí, refrendan que el ejecutivo catalán debe dar una atención individualizada a las tres famílias demandantes.

Esta es la última decisión de un periplo judicial que comenzó en 2006 con la presentación de una denúncia por parte de tres famílias que reclamaban el derecho a que sus hijos fueran escolarizados en castellano. Tras ser desestimado el recurso en el TSJC, acudieron al Supremo que aceptó el recurso, les reconoció el derecho a que el castellano fuera usado como lengua vehicular e instó al gobierno catalán a adoptar cuantas medidas fueran precisas para que el castellano se convirtiera también en lengua vehicular en la escuela. Una sentencia que, por cierto, se amparaba en «la nueva situación creada» por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Durante los siguientes meses, se produjo un tira y afloja entre los demandantes y el gobierno catalán. Los primeros pedían que se ejecutara la sentencia mientras que el gobierno sólo habló una vez para asegurar que existía un déficit de conocimiento de la lengua catalana y que por tanto, era necesario seguir con el mismo modelo educativo. Las alarmas se encendieron con un auto del TSJC que otorgaba dos meses a Educación para «adaptar su sistema de enseñanza». El ejecutivo encabezado por Artur Mas presentó entonces recurso y el tribunal catalán acordó dejar sin efecto el auto hasta que no hubiera resulto la cuestión.

Ahora el Superior de Justicia resuelve que la doctrina del Supremo no obliga a revisar todo el sistema educativo sino que debe dar respuesta a los casos particulares. Se deja por tanto sin efecto el polémico auto por lo que al sistema entero de enseñanza en Cataluña se refiere, aunque el tribunal estima particalmente la sentencia en el sentido que no considera acreditado que la Generalitat «haya ejecutado debidamente el fallo» en relación a las tres familias demandantes. Algunos expertos han hablado de ambiguedad, al no aclarar el tribunal cuáles deben ser las medidas que se empleen para garantizar la presencia del castellano en las aulas. En este sentido el TSJC no se pronuncia y se limita a decir que «no se puede hacer un pronunciamiento general» sobre el uso del castellano a raíz de una «lectura descontextualizada y literal de una frase del Supremo». Y añade que, en cualquier caso, es el alto tribunal quien «hubiera podido, vía aclaración de la sentencia, haber precisado el contenido de la frase».

De esta manera el TSJC deja un panorama que no se aleja demasiado del actual, en el que se usa el catalán como lengua vehicular en las escuelas públicas de Cataluña. El alumno que lo precise podrá recibir enseñanza en castellano en el sentido que el profesor de dirigirá hacia él en este idioma y deberá aclararle todo lo que no haya entendido.

Reacciones

La decisión del Tribunal provocó reacciones de todo tipo entre las partes implicadas. En primer lugar, la entidad Convivència Cívica Catalana, que presta apoyo a las familias demandantes, ya anunció que recurrirá esta decisión en casación ante el Supremo, porque consideran que el TSJC avala la vulneración de un derecho constitucional y porque «enmienda de manera inusitada la plana al Tribunal Supremo y al Constitucional». De otro lado, la Plataforma Som Escola (Somos Escuela), que defiende el actual modelo de educación, celebró la sentencia porque «valida el carácter general del catalán como lengua de aprendizaje» pero recelan de la posibilidad que el auto del TSJC abra la puerta a una educación «a la carta», que priorice la decisión de los padres por encima «de la ley y de los proyectos educativos de un centro».

Hablaron también de la decisión del Tribunal los diferentes partidos políticos. Por parte del gobierno de la Generalitat, su presidente Artur Mas, celebró la decisión judicial asegurando que «estamos donde estamos y nos nos moveremos», aunque eso sí, lo hizo con prudencia y a la espera de leer la letra pequeña de la interlocutoria. También la consellera de Educación Irene Rigau celebró la decisión de los magistrados y afirmó que el sistema de immersión en su globalidad quedaba preservado.

2 Comentarios

  1. Si la enseñanza en catalán es tan buena, porqué los ricos y los políticos llevan a sus hijos a colegios alemanes, francesea o ingleses donde el catalán no se da?

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