El presidente José Luis Rodríguez Zapatero dijo en Hannover que el Ejecutivo español había solicitado «una explicación» a través de Moratinos.
Esta declaración de Zapatero en rueda de prensa provocó la ira de Hugo Chávez. En su estilo habitual, el mandatario venezolano reaccionó culpando a los vestigios del «colonialismo»: una especie de revival de la crisis del Por-qué-no -te-callas de 2007.
En el vuelo de regreso de Georgia a Barcelona, el ministro Moratinos quiso poner fin a la polémica achacando lo sucedido a un «problema semántico», informó el diario El Mundo.
Para un país caribeño, la palabra «explicaciones» tiene un contenido muy agresivo, «como si hablara alguien en posición de mando a un menor», señalaron fuentes diplomáticas.
El ministro no quiere «entrar al trapo» con Chávez, y prefiere zanjar el asunto «colaborando con el juez Velasco y punto». ¿Llamar al embajador de Venezuela en Madrid? «En absoluto. Se trata de una actuación judicial provocada porque hay indicios de colaboración con ETA, pero nada más», declaró Moratinos, quien no ocultó su sensación de ‘déja vu’ ante lo sucedido.
Para el ministro, «es mucho más importante el bienestar de los 150.000 españoles que viven en Venezuela- la mayor colonia en el exterior junto a la de Argentina- y los numerosos intereses económicos allí, que un absurdo enfrentamiento así».
Como ejemplo, el ministro citó los casos del Banco Santander, que llegó a un buen acuerdo con Chávez tras la nacionalización de la banca el año pasado, el más reciente del CAF, que acaba de recibir 150 millones de euros de contrato. «Ellos (los venezolanos) están cumpliendo con sus compromisos. Cada uno tiene su línea, y nosotros mantenemos las buenas relaciones con Venezuela», agregó Moratinos.