Durante los dos últimos años, el número de empresas en España ha pasado de las 3.474.257 en diciembre de 2008 a las 3.220.541 en diciembre de 2010, es decir, 253.716 empresas menos, lo que se tradujo en un descenso del -7,3%, según se desprende de un estudio elaborado por la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA.
Durante estos dos últimos años, los empresarios autónomos sin asalariados han sufrido con mayor crudeza los efectos de la crisis, al descender en un -9%, porcentaje que prácticamente duplica a la pérdida de empresas con asalariados, que registró, en este periodo, un descenso del -5,6%.
De esas 253.716 empresas que ha perdido España desde diciembre de 2008, 155.979 eran empresas regentadas por un autónomo sin asalariados, es decir, el 61,5% del total de la pérdida de empresas. En el caso de las empresas con asalariados, concentraron el 38,5% del total de la pérdida de empresas.
El estudio elaborado por ATA pone también de manifiesto que dentro de los empresarios autónomos empleadores, las micro y las pequeñas empresas han sido las más afectadas por la crisis económica, mientras que las grandes empresas, han registrado un crecimiento del 2.1%.
Dentro de ese descenso del -5,6% registrado por las empresas con asalariados, las mayores pérdidas se dieron, en los dos últimos años, entre las pequeñas empresas, las que cuentan con entre 6 y 50 trabajadores, con un descenso del -9,6%, es decir, 31.532 empresas de estas dimensiones menos; seguidas de las empresas de 2 a 5 trabajadores regentadas por un empresario autónomo con asalariados, que cayeron un -6%, 36.139 empresas menos.
Sin embargo, y como ya hemos destacado y a pesar de las crisis, las grandes empresas, las que cuentan con más de 500 trabajadores, han pasado de las 2.456 a las 2.508, es decir, se han sumado a este grupo 52 nuevas empresas, con un crecimiento del +2,1%.
“Estos datos reflejan – asegura Lorenzo Amor, Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA – cómo las grandes empresas han tenido menos dificultades para “sobrevivir” que los autónomos y las micro y pequeñas empresas, sobre todo por la facilidad de acceso a la financiación de éste tipo de empresas y la mayor capacidad para afrontar situaciones como ésta”.
“Como desde ATA hemos denunciado en numerosas ocasiones – señala Lorenzo Amor – los autónomos somos los grandes perjudicados de esta crisis, ya que la pérdida registrada en los dos últimos años, los más complicados, ha prácticamente duplicado a la registrada por las empresas con empleados, como consecuencia, de la dificultad de este colectivo para acceder al crédito, la alta morosidad a la que se ve sometido y su escasa capacidad para capear este temporal, al no contar con ayuda ni con apoyo de nadie”.