Hace casi ochenta años, el accidente de un avión en la base militar de Dayton, EE.UU, fue el detonante para idear un sistema de seguridad sencillo pero capaz de proteger vidas; la de los militares, primero, las de los pasajeros civiles, más tarde, y ahora también las de los pacientes que pasan por una sala de operaciones.
Se trata de la checklist, o lista de verificación, un documento que contiene todos los aspectos a tener en cuenta, en este caso para realizar una intervención quirúrgica, y cuya utilidad es la de repasar cada punto antes de iniciar la operación, y comprobar que está todo en orden. En caso de que alguno no se pueda verificar, no se puede continuar con la realización de la cirugía y debe aplazarse hasta la resolución de la incidencia detectada.
Estudios internacionales han revelado que la implementación de esta herramienta logra reducir a la mitad el índice de mortalidad en las intervenciones quirúrgicas, pasando del 1,5% al 0,8”1, y que permite salvar hasta medio millón de vidas al año en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Javier Moreno Alemán, presidente ejecutivo de Asjusa Letramed, despacho especializado en derecho sanitario, explica que “la checklist es una herramienta con la que, además de garantizar la seguridad del paciente, se facilita y acredita la buena praxis por parte de los profesionales sanitarios y, en último término, constituye también un respaldo ante posibles responsabilidades legales”. Aprovechando que estos días se celebra en Santiago de Compostela el 15 Congreso de la Asociación Española de la Gestión del Riesgo Sanitario, Moreno insiste en la “extraordinaria” utilidad de esta herramienta, ya que permite asegurar que se ponen a disposición del paciente cuantos medios están al alcance de los servicios sanitarios.
El letrado recuerda que el quirófano es un escenario especialmente sensible, y asegura que “una cumplimentación defectuosa o inexistente de una checklist puede provocar fallos relacionados con error en sitio quirúrgico, es decir, que se opera por error otra parte del cuerpo, errores en la identificación del paciente, shock anafiláctico por anestesia o problemas con el instrumental”. Estas equivocaciones pueden llevar al paciente a exigir responsabilidad legal al médico, y sin embargo, podrían ser fácilmente subsanables siguiendo una lista de verificación del procedimiento.
La OMS elaboró un estudio piloto, entre 2008 y 2009, que reveló que la aplicación cheklists redujo el porcentaje de errores evitables de un 35,2% a un 24,3%. A partir de esta investigación, la OMS confeccionó la denominada Surgical Safety Checklist, una lista de verificación de seguridad quirúrgica básica y orientativa, que a lo largo de los últimos dos años y medio más de 3.900 hospitales de 122 países han ido implementando y adaptando en función de sus necesidades.
España se encuentra entre esos 122 países, si bien, en opinión de Javier Moreno, a excepción de algunas comunidades como Cataluña o Andalucía, que están bastante avanzadas, “en nuestro país aún estamos dando los primeros pasos en cuanto al uso generalizado de este procedimiento”.
Puntos débiles desde el punto de vista legal
Aspectos como la administración de los antibióticos antes de una operación, el funcionamiento de la anestesia, o el consentimiento informado del paciente sobre la intervención son algunos de los puntos débiles del preoperatorio que pueden resultar potencialmente arriesgados desde el punto de vista legal y de responsabilidad patrimonial.
Ian Pérez, abogado especializado en derecho sanitario y responsable de Asjusa Risk, división de Asjusa Letramed en materia de Seguridad del Paciente, considera especialmente relevante reforzar los aspectos relacionados con el flujo de información entre cirujano y paciente.
“Como asesores jurídicos de centros sanitarios- explica Pérez- pensamos que es primordial incluir un apartado destinado a verificar que se dispone del consentimiento informado, especialmente en los casos de intervenciones múltiples, es decir que aprovechando una cirugía concreta el paciente se somete a otra intervención de menor entidad (voluntaria o necesaria)”. En estos casos, los profesionales recomiendan que la checklist recoja aquellos campos que dejen constancia del número de cirugías que se van a acometer en el mismo acto y dónde, así como los riesgos inherentes al uso de determinado instrumental y las técnicas que se van a utilizar.
Normalización en España
Actualmente, en España la Seguridad del Paciente pertenece al ámbito de las Guías, Recomendaciones y Protocolos Asistenciales de los distintos Servicios de Salud o Servicios Médicos. No existe ninguna norma que obligue al uso de listas de verificación, aunque sí es “muy recomendable” tal y como dispone el Plan Nacional de Calidad del Sistema Nacional de Salud en su ESTRATEGIA 8. En aquellos Servicios que en que no se encuentra implantado este procedimiento, las actuaciones se encuentran, normalmente, protocolizadas.
Ian Pérez reconoce que aún queda camino por recorrer tanto en implantación de las listas de verificación pormenorizadas y adecuadas a las necesidades de cada centro, como en su estricto cumplimiento. “Checklist es sinónimo de compromiso con la seguridad del paciente, pero también con la seguridad jurídica de los profesionales sanitarios”, concluye el letrado.