«Si se recortan ayudas a los promotores existe el riesgo de una posible recaída del sector, que apuntaba a un pequeño indicio de recuperación», señaló Galindo.

Una de las señales de esta incipiente recuperación podría ser la moderación en la caída de los visados autorizados de obra nueva para uso residencial, que descendieron hasta las 40.019 unidades durante los primeros cinco meses del año, un 21,8% menos con respecto al mismo periodo del año anterior.

«Parecía que habíamos tocado fondo, pero ahora (con el recorte en Vivienda) vemos muy lejos estabilizar la situación y recuperar niveles normales», indicó el presidente de APCE, para después cifrar esta normalización en la construcción de 350.000 nuevas viviendas.

Ante la rebaja en torno al 40% de las subvenciones a la promoción de vivienda protegida nueva en alquiler y la supresión de la ayuda a la urbanización o adquisición de suelo, Galindo alertó de que por cada nueva casa que se deja de construir se impide la creación de 2,4 puestos de trabajo directos e inducidos, al tiempo que auguró que la aminoración en la aportación del sector al PIB se pueda prolongar, tras pasar de representar el 9,4% al actual 5%.

Sobre los rumores de una eventual supresión del Ministerio de Vivienda, en el marco del plan de ajuste al que se ha comprometido el líder del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, con Bruselas, el presidente de los promotores defendió la necesidad de mantener políticas activas en materia de vivienda: «Aún con la supresión del Ministerio se requerirán políticas para garantizar el derecho constitucional a la vivienda digna», zanjó.

Galindo también avisó sobre la merma de ingresos públicos que puede conllevar el recorte, ya que, según cálculos de la organización que preside, las subvenciones en construcción de viviendas retornan en un 70% para engrosar las cuentas públicas.

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