PONSPor Alejandro Calle, Director General Adjunto PONS Patentes y Marcas Internacional

Hace algún tiempo tuve la oportunidad de conocer a un importador español de coches a quien pregunté cuál era el mejor coche que estaba entrando en España y por qué. Esperaba que me dijera alguna de las marcas que él mismo importaba, pero no fue así, “los mejores coches que entran ahora mismo en España – me dijo – son los alemanes; el porqué seguramente se debe a que los alemanes aprietan mejor los tornillos que nadie”.

Pues bien, hay un colectivo en España, como en otros países, que asesora sobre la obtención de patentes, también sobre la obtención y registro de marcas, así como en otras muchas cuestiones que tienen que ver con el patrimonio intangible de las personas, físicas y jurídicas, que es el colectivo que “mejor aprieta los tornillos” para que ninguno de estos derechos se desajuste en ningún momento. Este colectivo es el de Agentes Oficiales de la Propiedad Industrial , que se aglutinan alrededor de su Colegio profesional, Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Industrial – COAPI.

Son muchas las exigencia que tiene este colectivo, como también lo son sus autoexigencias, pero, a este modesto entender, destacan dos de estas últimas como especialmente importantes: la confidencialidad, tal cual se le reclama a un abogado, a un médico o a un sacerdote, y la incompatibilidad o conflicto de intereses, que impiden a los Agentes profesionales, representar intereses contrapuestos. Es importante subrayar estos aspectos, porque poco a poco el mercado, con el pretexto de la libre competencia (pretexto mal entendido), se va llenando de pseudo profesionales, que con más facilidad de la que pudiera pensarse, atropella sin recato la confidencialidad y, sin escrúpulos, no respeta las incompatibilidades. Claro, también es cierto que estos pseudo profesionales desconocen el mosaico legislativo que alfombra el mundo de los derechos intangibles, desconocen las fronteras territoriales que el propio mosaico produce y, consecuentemente, desconocen las posibilidades estratégicas que cada proyecto precisa, sea de patente, de marca o de cualquier otro intangible. Y no solo estrategia de registro, sino también estrategia de internacionalización, utilización de los sistemas regionales e internacionales para la obtención de derechos, así como el dónde invertir en protección. La estrategia de comercialización, en suma, de los productos y servicios destinados a cualquier mercado.

Cuando un Agente Oficial de la Propiedad Industrial asesora sobre obtención de privilegios registrales, además de equilibrar inversión con eficacia, también piensa y valora los retornos para sus clientes y sus posibilidades multiplicadoras, para ellos y para el país.

El acceso a este grupo de cualificados y especializados profesionales, que están regulados por Ley, tiene un buen rosario de exigencias que, sucintamente, serían: estar en posesión de un título universitario adecuado, formación específica en derechos de propiedad industrial, intelectual y de las nuevas tecnologías, pasar por un examen ad hoc que convoca y tutela la Oficina Española de Patentes y Marcas y, finalmente, acceder a la colegiación.

Claro, que si estos profesionales, los Agentes Oficiales, quieren representar a solicitantes de patentes europeas o de marcas comunitarias, las exigencias se multiplican y no podrían ostentar la representación si no fueran previamente habilitados para ello por los órganos rectores de estos derechos.

El Agente Oficial de la Propiedad Industrial no solo solicita derechos, tramita derechos o mantiene derechos, también defiende derechos, vigila derechos y reclama derechos en todas las instancias administrativas y judiciales, desde la OEPM hasta el Tribunal Constitucional o Tribunales de UE. Evidentemente, lo anterior justifica la titulación del colectivo oficial y requiere un conocimiento exhaustivo de las legislaciones intervinientes. También precisa de una inversión constante en medios complejos, acordes con la importancia que los activos que gestionan y administran, tan vitales para sus propietarios, hasta el punto de constituirse en pieza angular de cualquier negocio o inversión. Y son también de vital importancia para los países, ya que no en vano constituyen un indicador de desarrollo de primer nivel.

¿Qué solemos hacer con nuestros bienes más valiosos?, se pregunta un colega Agente Oficial, ¡protegerlos!, se responde; pues bien, los Agentes Oficiales se ocupan de eso de proteger estos valiosos bienes y de protegerlos bien.

El patrimonio intangible, constituido por marcas, patentes, derechos de autor, etc. está afectado por una multitud de normas jurídicas para su protección y garantía de propiedad, multitud de normas que precisan interpretación e interpretación que precisa de mucha experiencia, atendiendo a que los países se integran en comunidades supranacionales, más globales, pero procurando ceder el menor grado de soberanía posible, lo que se traduce en un conocimiento detallado de cada legislación, nacional o internacional, que lleve al mejor puerto cualquier proyecto de protección. Y exige un saber hacer o know how que sólo los Agentes tienen.

Adentrarnos en la fundamental importancia de los Agentes en la comercialización del conocimiento o lo que es lo mismo, de los activos intangibles, sería otro tema, pero aquí también y resumiendo, “los Agentes oficiales de la Propiedad Industrial son los que mejor aprietan los tornillos de la innovación”.

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