El presidente del G-14, Pedro Pérez, consideró que una medida así no acelerará la venta de viviendas por parte de las propias entidades financieras, «las primeras interesadas en que estos ‘stock’ no estén en sus balances». A su juicio, este efecto será «marginal».
Sin embargo, esta modificación «entorpecerá» la búsqueda de «fórmulas» para aliviar el endeudamiento del sector, como la dación a las entidades financieras de parte de los activos como parte de la deuda. Como consecuencia, añadió, «al cerrar esta vía se empujará a muchas inmobiliarias a liquidar activos a cualquier precio».
Pérez aseguró que la decisión del Banco de España «puede empujar a la baja los precios de la vivienda» después de un recorte que «no ha sido pequeño» desde el inicio de la crisis y que cuantificó en más de un 20%.
Pérez hizo hincapié en la conveniencia de adoptar medidas en favor del sector, puesto que «en tanto que no se consiga estabilizar al sector inmobiliario, no se estabilizará la economía».
Bancos y cajas deberán aumentar del 10% del valor de tasación actual al 20% las provisiones sobre los activos inmobiliarios que estén más de un año en el balance.