A pesar del colapso del sistema de justicia penal y la debilidad del Estado, Cacho ha considerado que «también hay personajes capaces de transformar en todos los ámbitos este país».
Algunos de ellos, ha destacado, están dentro de la policía y los gobiernos, pero la periodista ha hecho hincapié en que cada ciudadano es quien debe concienciarse para tejer una red que acabe con la violencia contra las mujeres.
«El gran ausente en el mundo entero en el tema de la explotación y todas las formas de maltrato contra las mujeres ha sido el hombre, como colectivo y como género», ha apuntado Cacho para llamar la atención sobre que son los varones quienes deben sobre todo dar un paso adelante en esta lucha.
Lydia Cacho, experta en trata sexual y convertida en un icono de la lucha contra ella, ha hablado de esta forma en la presentación de su libro «Esclavas del poder», en el que desnuda los entresijos de las mafias de todo el globo dedicadas a este ilícito.
A su lado ha estado el actor y director Diego Luna, quien explicó el impacto que le supuso leer el libro, un «espejo siniestro» donde se ve otra cara de la realidad cotidiana.
Luna ha leído un estracto donde se relata la huida de una mujer estadounidense de las garras de la Yakuza (mafia japonesa) tras mucho sufrimiento.
Éste es sólo uno de los casos incluidos en el libro, para el que Cacho ha entrevistado a multitud de víctimas e incluso se ha camuflado entre las organizaciones criminales para averiguar cómo funcionan las redes de trata.
Fundadora de un refugio de ayuda a mujeres víctimas de la violencia, Cacho saltó al punto de mira público en 2006, al desvelar una trama de explotación sexual de menores en el Caribe mexicano en un libro, blanco de una conspiración.
Secuestrada en el sureste del país por policías del central estado de Puebla, fue trasladada por carretera, entre amenazas, con el fin de internarla en una cárcel, donde se pretendía vejarla.
La presión de la prensa y organizaciones civiles liberaron a Cacho del destino que le tenían planeado.
Tras su liberación se hicieron públicas conversaciones telefónicas entre uno de los implicados por Cacho en la trama sexual, el empresario Kamel Nacif y, el gobernador de Puebla, Mario Marín, en las que acordaban darle «un escarmiento» a la reportera.
Tiempo después, la Suprema Corte determinó que no hubo una violación grave a sus derechos humanos. Ni Marín ni otros funcionarios al cargo de la policía poblana fueron procesados.
Una decisión que la periodista Carmen Aristegui (una de las comunicadoras más influyentes de México) criticó por «falta de altura de miras» del máximo tribunal.
Por otro lado, Aristegui criticó también el hecho de que Lydia Cacho no fuera elegida para representar a México en la campaña Corazón Azulcontra la trata que impulsa la ONU .
Su labor como activista contra esta lacra y alzando la voz sobre las injusticias que se viven en México la han convertido en una persona incómoda para las autoridades.
Por su parte, el escritor de alta literatura mexicana Juan Villoro, ha alabado la atención que con su trabajo presta Cacho a las víctimas y su habilidad para trabajar de incógnito.
Villoro ha cargado contra los intentos de «normalizar» la prostitución,ya que «a largo plazo, es algo que facilita la trata».
El texto revela que cada año son víctima de la trata sexual cerca de 1,39 millones de personas en todo el mundo. Es el tercer negocio ilegal más lucrativo para el crímen organizado, tras el tráfico de drogas y el de armas, según Naciones Unidas.
Aunque no hay estadísticas oficiales en México, se estima que hay entre 20.000 y medio millón de víctimas de tráfico humano en el país, gran parte para nutrir a las mafias de la prostitución.
definitivamente este es un problema que solamente haciendo a las leyes mas rigurosas pobablemente se puede erradicar este mal. soy casada y tengo 3 niños y diariamente tengo el temor que algo le pase a mis niños y no tan solo a ellos si no a los demas. sres. no somos quien para dañar a los adultos del mañana recuerden que el mundo gira y el proximo podria ser tu hijo, hija o nietos. por favor hagan valer la pena de muerte para este tipo de casos. autoridades ya despierten sean competentes.